–¿Cómo está la inversión de la ANDE en el sistema eléctrico paraguayo?
–El IPPSE tiene trabajos hechos sobre el requerimiento de nuevas fuentes de generación y también sobre la situación en las líneas, o sea, en la inyección que se debe realizar en los sistemas de transmisión, siempre en base al Plan Maestro de transmisión que tiene ANDE. No hace mucho tiempo, en el transcurso de este año inclusive, publicó el IPPSE una actualización de sus estudios, y se vio que hasta fines del año pasado, hasta fines del 2024, hay un atraso de 1.400 millones de dólares aproximadamente de inversión, en lo que hace al Plan de Transmisión 2021-2030. Eso involucra a un grupo importante de obras que no se concretaron, que tal vez tienen etapa de construcción o directamente no hayan implementado siquiera.
–¿Qué debe hacer el Paraguay ante esta crisis energética que se proyecta?
–Antes que nada, tener la decisión de llevar adelante el Plan Maestro que tenga ANDE. El problema principal es generación, ahora, para el corto plazo. La ANDE tiene un Plan Maestro de generación que va del 2021 al 2040, y últimamente están presentando, yo entiendo que todavía no se aprobó, por lo tanto todavía no es oficial ese plan, un Plan Maestro para generación que va del 2024 a 2043. Ese plan existe. Existía ya un plan y ahora actualizaron, últimamente un plan con muchos atrasos, muchísimos atrasos, o sea, realmente no se hizo casi nada en nuevas fuentes de generación. Y ahí, en ese plan vigente se puede notar que ANDE basa toda la atención de futuras demandas en la instalación de centrales fotovoltaicas, que serían las que utilizan los paneles solares, algunas con banco de baterías o con baterías de potencia. En otros casos, la utilización solamente de baterías en las subestaciones como para ir almacenando energía en momentos de baja carga del sistema, y después utilizar esas baterías como para ayudar en el momento de mayor demanda (...). Y además, eso sí estuvo desde el 2021 en el Plan Maestro de ANDE, en lo que hace a generación de energía eléctrica, las pequeñas centrales hidroeléctricas (...). Entonces, ¿qué es lo que tendría que hacerse en el país?, cumplir con lo que ya está programado.
–¿Cuál es el plazo?
–No podemos esperar indefinidamente para arrancar. ¿Por qué? Porque acá hay una situación que realmente no se suele considerar. Por un lado, se habla de que tenemos disponible 8.760 megavatios, que sería la suma de la mitad que nos corresponde de cada hidroeléctrica binacional, más 210 megavatios que es por una central propia de la ANDE. Pero por criterios operativos, tanto en Itaipú como en Yacyretá, se debe descontar, digamos, la potencia de dos máquinas, porque estas están disponibles para mantenimiento, de tal manera a asegurar que no estén trabajando todo el tiempo (...). Es una situación que no está prevista en esos 8.760 megavatios. En la práctica lo que se tiene (es menos), porque también hay que descontar, en el caso de Itaipú, más de 400 megavatios por reserva operativa, que están obligados a tener disponibles, que le requiere el sistema brasileño; y el consumo propio de cada central, tanto de Itaipú como de Yacyretá, que es bastante importante, en torno a 40 megavatios de Itaipú y 28 megavatios aproximadamente de Yacyretá.
–¿Es menos disponibilidad entonces?
–Lo que queda, de acuerdo a los números que uno puede hacer con 7.660 megavatios. Son 1.100 megavatios menos que lo que se tiene instalado y que le corresponde al Paraguay. Entonces, si tomamos los 7.660 megavatios, como que es lo que tenemos disponible para utilizar, nosotros estamos utilizando 5.122 (megavatios) de eso, de acuerdo a la última demanda máxima registrada en marzo de este año. Pero por los criterios que los técnicos le denominan “margen de reserva de generación”, se tiene que uno formular la idea de que es un 20% menos de lo que se tiene disponible, como que eso es lo que realmente está asegurado que se puede tener (...). En el IPPSE, en el trabajo que hicieron le denominaron a ese criterio y aparece la primera alerta que se debe tener en el sistema, que es la alerta naranja. Es decir, si a 7.660 megavatios le restamos el 20%, son 6.128 megavatios nomás, para llegar a entrar en la franja de alerta naranja. Y si ahí nos fijamos, entre 6.128 y 5.122, hay 1.006 megavatios nomás ya disponibles. Incluso el propio presidente de la ANDE hace muy poco anunció que hay en torno a 400 megavatios que van a incorporarse a través de la criptominería. O sea que ya estamos entrando cada vez más hacia la franja de alerta.
–¿Cuándo superaremos esa franja de demanda?
–En síntesis, si el crecimiento se da en torno al 8%, por no exagerar demasiado, a fines del 2026 y en el 2027 se entraría ya dentro de los 6.128 megavatios, superaría la carga de los 6.128 (considerando el “margen de reserva de generación”). Y bueno, ahí ya estamos con una situación de que necesariamente tiene que incorporarse nuevas fuentes de generación para cubrirnos, que no nos falte nada, digamos, un poco más adelante. Nosotros tenemos dos años por decir para que entren nuevas fuentes de generación en el sistema de ANDE, y con eso estaríamos prolongando un poco más, digamos, la necesidad de mayor todavía fuentes de generación. Esto tiene que ser ya un proceso continuo, como los valores que van a ir aportándose como nuevas fuente no van a ser valores extraordinariamente altos, sino en torno a 100, 120, 140 megavatios, es lo que dijo la vez pasada el presidente de ANDE, con una central fotovoltaica en Loma Plata. Eso no cubre ni siquiera la mitad de los requerimientos de un año de aumento de potencia. Entonces, esto ya tiene que ser una cosa continua, tienen que entrar uno tras otro, ya sea banco baterías, paneles solares, mini centrales o micro centrales hidroeléctricas, etcétera, etcétera. Todo eso tiene que ir sumándose. Estamos hablando de un escenario, un escenario, digamos, que podemos calificarlo de urgente. Necesitamos con urgencia que dentro de dos años, a partir de ahora, se tenga por lo menos dos, tres centrales fotovoltaicas ya en funcionamiento y con los bancos de baterías correspondientes o independientemente bancos de batería. Las pequeñas centrales hidroeléctricas no creo que estén todavía en ese tiempo es un proceso más largo.
–¿Y qué más, ingeniero?
–Después tenemos que decir “está bien”, pero vamos a hacer la del bombero, vamos a ir apagando incendios. No, tenemos que empezar algo más firme, más importante, más grande para el mediano y largo plazo. O sea, nosotros no tenemos que descartar de que tenemos dos proyectos binacionales en vista. Uno de ellos es Corpus, el otro es Itá Corá-Itatí, los dos con Argentina. De los dos proyectos, yo en particular, sin apoyarme en absolutamente nada oficial, no he visto ningún informe al respecto; creo que lo que es factible de realizarse es Corpus y sobre eso hay que trabajar. Itatí-Itá Corá tiene un problema serio que va a inundar muchísima superficie de territorio, y va a crear probablemente impactos ambientales que hoy por hoy existe demasiada exigencia en ese ámbito.
–¿Qué otras fuentes energéticas se pueden considerar?
–Apareció ya un trabajo que se hizo en la Unión Industrial Paraguaya (UIP), donde plantean que tenemos que tener interconexión con el gasoducto que va a trasladar gas de Vaca Muerta, que es un yacimiento muy importante que tienen los argentinos, hacia Bolivia para después ir al Brasil. Bueno, de ese gasoducto podemos de alguna manera derivar gas para entrar en el Chaco. Se quiere usar la franja de servidumbre inclusive la Ruta Bioceánica, y llegar hasta el Brasil con ese gasoducto para facilitar o factibilizar la obra que debe tener un costo elevadísimo. Lógicamente, disponer de gas natural también puede hacer que se utilice el gas natural para quemarlo e impulsar máquinas térmicas como para generar con centrales térmicas. Esa es una alternativa. También, lógicamente, pueden existir centrales que tienen biomasa directamente. Hoy, con la utilización de biomasa se considera inclusive que en el balance global no genera carbono. ¿Por qué? Porque en la etapa de crecimiento, de desarrollo de los árboles, va absorbiendo carbono y después cuando se quema, libera, en el proceso prácticamente es neutro. Se tiene muy en cuenta hoy el tema de captura o emisión de CO2, es muy importante.
–¿Cuál debería ser otro objetivo?
–Tenemos que apuntar, en síntesis a la producción de energía firme, estable, esa energía que no desaparezca con el viento ni con el ocultamiento del Sol, que se genere y se tenga una gran seguridad que se va a disponer y se va a utilizar. Como hoy es el caso de nuestras hidroeléctricas, a pesar de que la escasez de agua o la disminución de agua nos afecta, pero ahí aparecen en el horizonte las centrales nucleares, las que utilizan material nuclear para conseguir calor suficiente para poder obtener vapor y con el vapor generar con máquinas térmicas. No hay que descartarlo.
–¿Y hay planes para centrales nucleares?
–Yo he visto con mucha satisfacción que la gente del Gobierno, que no es de ANDE ni del Viceministerio de Minas y Energía, están hablando de esa posibilidad y están en contacto con organismos internacionales, que de alguna manera administran lo que es energía nuclear, por lo menos son rectores en el tema a nivel mundial. Tenemos que pensar en energía nuclear. No hay que asustarse, hay que informarse, hay que enseñar desde la escuela ya ese concepto, porque hay un temor bastante infundado en relación al tema. Hoy los coeficientes de seguridad y la calidad de todo lo que hace a la parte nuclear es realmente extraordinario.
–¿Cómo incentivamos la inversión del sector privado en todo este trabajo?
–Con tarifa. En las leyes tenemos que hacer que participe el privado, como el caso de la reforma de la Ley 3009 (Ley Nº 7299/2024), del productor independiente de energía, se referenciaba la tarifa a los costos de ANDE, eso es improbable, porque una cosa es tener generación eléctrica de una central hidroeléctrica como Itaipú, que incluso ya está amortizada y que ya prácticamente a partir del 2027 va a sufrir un descenso importante en su tarifa, no se puede competir con eso. La vez pasada en un programa donde estuve con el presidente de ANDE, él mencionó que una de las modificaciones que se quiere hacer a la ley que promueve la presencia del privado en la generación no convencional no hidráulica, que se va a plantear tarifas que tienen que ver con el promedio de lo que está costando en la región. O sea, sumar lo que cuesta en el Brasil, en la Argentina, en el Uruguay, por ejemplo, y bueno, hacer un promedio de esa tarifa y eso poner como referencia en las licitaciones, eso yo creo que es mucho más razonable. ¿Quién va a venir a poner su dinero acá para recuperar en años? La idea es llevarlo hasta 30 años de concesión o de contrato. El privado puede ser muy bueno, pero nunca va a ser loco. Tiene que tener la certeza de que su inversión va a ser retribuida y que en el tiempo va a tener posibilidad de obtener renta, de lo contrario no viene. Y si acá no tenemos condición, si nuestra empresa que es la encargada de la producción de energía eléctrica no está en condiciones de solventar financieramente la construcción de este tipo de instalaciones (...). Y va a costar más caro, sí, pero el dicho en el ambiente del sector eléctrico es “que no hay energía más cara que la que no se tiene”. Y eso es una total y absoluta realidad.