Advirtió que la campaña comenzará con un déficit de humedad ante la sequía del invierno y una falta de agua que dificultará la toma de decisiones de los productores, especialmente por un setiembre con baja disponibilidad de lluvias.
Sin embargo, señaló que en octubre y noviembre sí se espera una recuperación en los niveles de humedad, suponiendo un respiro.
“La Niña puede resultar bueno para Boquerón, pero en general es malo para la Región Oriental, sobre todo para la parte norte, Amambay y Concepción. La Niña débil es una coyuntura, va a estar este año, el año que viene no”, acotó y explicó que los vientos polares en la región intensificarán el fenómeno. Dijo que, pese a que se esperan lluvias entre diciembre y enero, estarán acompañadas de un alto estrés calórico que podría reducir los perfiles de humedad, arriesgando la etapa final de maduración antes de la cosecha. En marzo, aunque se prevé una leve recuperación de las lluvias, dijo que las condiciones seguirán siendo desafiantes.
Otro punto de preocupación que mencionó es la probabilidad de heladas tempranas en otoño, lo que podría complicar aún más el ciclo de entrezafra.
Por su parte, el ingeniero Luis Cubilla subrayó la necesidad de tomar decisiones estratégicas y afirmó que lo más recomendable es comenzar la siembra en octubre, aunque esto depende de cada cultivo y zona. Instó a cubrir los suelos para retener la humedad y utilizar abonos verdes o cultivos de servicio para mantener el perfil de agua del suelo.