18 sept. 2024

Somos menos de lo que creíamos

Tenemos los resultados preliminares del Censo 2022 en Paraguay. Esta primera entrega ya ha suscitado un debate público importante y saludable. El tema más llamativo ha sido el resultado de cuánta es la población del país.

Es 6.167.786. Una cifra que llamó la atención porque se alejaba sustancialmente de las proyecciones que se manejaban hasta ahora y que hablaban de 7.5 millones aproximadamente. Lo primero que hizo el Instituto Nacional de Estadística (INE) ha sido explicar que ese resultado no se debe a la impericia del operativo censal del 2022 y dio argumentos válidos. También explicó que hubo un problema con la base de datos que se usaba para hacer las proyecciones, incluyendo el fallido censo del 2012. En efecto, el fracasado censo del 2012 quedará como una tacha del gobierno de Federico Franco y hoy podemos ver uno de los efectos negativos que tiene no respetar las recomendaciones técnicas que se hacen para la realización de los operativos censales.

La razón por la cual somos menos tiene que ver con al menos tres factores, según el análisis hecho por Iván Ojeda, presidente del INE. Uno, el número de mujeres en edad reproductiva ha sido menor que la proyectada, por ende, a menos mujeres, menos nacimientos. Dos, la fecundidad, es decir, el número de hijos por mujer ha tenido una caída más pronunciada de la esperada. Tres, la emigración ha sido mayor de lo previsto. Ha habido menos nacimientos y se ha ido gente del país.

El hecho de que tengamos hoy una cifra más acertada de cuál es la población del país, no cambia mucho las cosas en el corto plazo. Lo que sí puede ser importante es plantearse algunas preguntas acerca del por qué se dieron esos desplazamientos inesperados en las dinámicas demográficas. La primera es, en nuestra opinión, acerca de lo que se conocen como los “factores de expulsión”. ¿Qué provoca que la gente deje su país y migre a otro? La emigración ha venido sucediendo de manera continúa y seguramente ha habido momentos en que ha sido más pronunciada que otros. Se sabe que, en el 2002, por ejemplo, mucha gente se fue por la grave crisis en que estaba sumido el país. También sabemos que hay factores estructurales que coartan las oportunidades que tienen las personas para progresar. De hecho, de acuerdo con el Índice Global de Movilidad Social realizado por el Foro Económico Mundial, que evaluó a 82 países, Paraguay quedó en el puesto 67, y está entre los tres peores de América Latina. Es decir, las posibilidades de que una persona nacida en los estratos socioeconómicos más vulnerables ascienda en la escala social es muy baja. Son los síntomas de una sociedad amañada, que sirve a los pocos de siempre y deja a muchos sin oportunidades. En todo caso, ser un país expulsor de gente no es agradable constatar porque es una declaración muy fáctica de lo que significa realmente la vida en el país de origen.

Una segunda y última pregunta es ¿cuál es el impacto de la caída de la fecundidad? Una es que dicha caída inesperada cambia las proyecciones en términos del peso que van a tener los diferentes grupos de edad. Los grupos etarios infantiles irán disminuyendo, seguirán creciendo los grupos de jóvenes y adultos, pero pronto veremos la proporción de mayores de 65 aumentar. Todavía somos un país joven, sin duda, pero eso cambiará más rápidamente de lo esperado. La alerta mayor, por ende, es ¿qué puede un país de ingreso medio, sin un sistema de protección social digno, esperar de un proceso de envejecimiento acelerado? Y ¿cómo podrá la fuerza de trabajo encargarse de los cuidados de sus mayores con la precariedad existente de las condiciones laborales actuales?

(*) Analista político y consultor independiente. X (ex Twitter) @escabcar

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