Las inversiones comprometidas por parte de la Unión Europea (UE), Corea del Sur o Japón, socios comerciales de Estados Unidos, superan ya los 2 billones de dólares, aunque el horizonte temporal es todavía difuso en cuanto a los plazos de los que disponen cada uno de esos socios.
Ese gasto para contentar a Trump también ha llegado a las empresas, tanto estadounidenses como extranjeras, que buscan librarse de estos gravámenes fabricando en el país norteamericano.
Fabricantes de chips, automovilísticas, empresas tecnológicas o farmacéuticas, compañías que pertenecen a sectores amenazados por los aranceles, han negociado con la Administración Trump para lograr exenciones que siempre han tenido una misma respuesta: invertir en EE. UU.
Nvidia ya en abril anunció que fabricaría supercomputadoras de IA en EEUU por primera vez y produciría infraestructura en ese ámbito por valor de 500.000 millones de dólares durante los próximos cuatro años. La taiwanesa y líder en la producción de chips TSMC anunció una inversión de 100.000 millones de dólares en EE. UU. para construir tres nuevas fábricas.
También se apuntó Apple, que primero prometió invertir 500.000 millones de dólares en cuatro años para ampliar su producción en el país, una cifra a la que esta semana sumó otros 100.000 millones.
Todas estas inversiones tienen un denominador común: evitar los gravámenes de Trump. EFE