Los manifestantes exigen al Ministerio de Educación y Ciencias (MEC) soluciones urgentes ante las precarias condiciones del sistema educativo de la comunidad.
La movilización, que se realizó bajo un fuerte despliegue policial, se llevó a cabo tras una semana de protestas pacíficas que incluyeron la ocupación de la institución educativa.
Sin respuestas concretas por parte del MEC, la comunidad resolvió suspender totalmente las clases y llevar el reclamo a las rutas.
Entre los principales reclamos se señalan la infraestructura deficiente y la falta de recursos básicos, además de aulas para el nivel medio, ya que actualmente los estudiantes de secundaria deben compartir espacios con la escuela primaria o incluso recibir clases al aire libre.
Además, solicitan mobiliario escolar básico, como pupitres, mesas y pizarras, y la designación de rubros docentes, ya que algunos educadores trabajan sin salario ni reconocimiento oficial.
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Asimismo, solicitan conectividad educativa, debido a la total ausencia de acceso a internet, lo que limita seriamente la posibilidad de implementar estrategias de aprendizaje híbrido o digital.
De igual modo, denuncian que una de las pocas aulas disponibles es utilizada como cocina-comedor con la implementación del programa Hambre Cero, lo que reduce el tiempo pedagógico efectivo para los estudiantes.
“Estamos luchando por el derecho fundamental a la educación. Nuestros niños y jóvenes no pueden seguir estudiando bajo árboles o sin profesores”, expresaron los voceros de la comunidad.
La protesta refleja una problemática estructural que afecta a numerosas comunidades rurales del país, donde el acceso equitativo a una educación inclusiva y de calidad sigue siendo una deuda pendiente del Estado.
Los manifestantes advirtieron que la medida de fuerza continuará de forma indefinida hasta que las autoridades nacionales se hagan presentes con soluciones reales. Solicitan la intervención directa del ministro de Educación, Luis Ramírez, además de la asignación urgente de recursos y un plan de infraestructura educativa adaptado a la realidad del asentamiento.
Mientras tanto, cientos de estudiantes permanecen sin clases, y sus posibilidades de progreso educativo y social siguen siendo postergadas.