El pedido se basaba en la denuncia del gobierno de los Estados Unidos de que diputados y senadores recibían sobornos por parte de Horacio Cartes para actuar en favor de sus intereses.
Sin embargo, como nunca se revelaron los nombres de los legisladores afectados, la acusación se dirigió a los miembros de la bancada de Honor Colorado y a los liberales llanistas leales a Cartes. En total fueron señalados 31, según la lista elaborada por Celeste.
Por la aprobación votaron 4 diputados; por el rechazo, 46; por la abstención, 19 y estuvieron ausentes 11.
Las abstenciones fueron de los sectores de la oposición, como postura política, bajo el argumento de que lo correcto es la investigación de la Fiscalía y no la pérdida de investidura. Además alegaron que no hubo libelo acusatorio.
Celeste Amarilla defendió su proyecto indicando que la denuncia de Estados Unidos es sólida y por tanto es suficiente para destituir a los diputados. Sostuvo que es un país serio y que difícilmente ponga a su embajador a denunciar algo tan grave sin pruebas.
Así también, mencionó que el cobro de sobornos es algo conocido en la cámara y que muchos de sus colegas le comentaron incluso cuánto reciben por cada ley.
Los cartistas, como Rocío Abed y otros, pidieron pruebas de las acusaciones. El diputado Derlis Maidana señaló que la carga de la prueba está sobre quien acusa, refiriéndose a Celeste.
“Aunque no se presenta ninguna, prueba ella se hace eco. Se debe hablar explícitamente de qué ley y en qué sesión concreta los legisladores específicos recibieron alguna suma de dinero. Nosotros sacamos miles de leyes en este periodo y lo hacemos bajo nuestras facultados como parlamentarios. Es fácil acusar sin pruebas. Encima una persona que no tiene idoneidad moral para acusarnos a nosotros. Quien acusa debe correr con la carga de la prueba”, resaltó Maidana.