La falta de un empleo formal y digno no solo impacta en el bolsillo de los trabajadores, sino también en su salud mental. Así lo advirtió el especialista en empleo, Enrique López Arce, quien describió la situación de los trabajadores informales como “precarios, inestables y estresados”. El experto aseguró que el 62,5% de quienes están en edad de trabajar, y que se encuentran en la informalidad, son más vulnerables a enfermedades mentales, estrés y ansiedad.
“Quien no tiene empleo digno está pirevai, no duerme bien, está más argel y vive con altos niveles de estrés”, resumió López Arce, al referirse al impacto emocional que genera la inestabilidad laboral.
Un reciente informe publicado en España confirma esta relación directa entre precariedad laboral y salud mental. Se trata del estudio Presme (Precariedad Laboral y Salud Mental), impulsado por el Ministerio de Trabajo y Economía Social de ese país, el cual señala que la inestabilidad, los contratos temporales y la falta de garantías laborales son factores de riesgo para el bienestar psicológico.
Entre las principales conclusiones del informe, se destacan la precariedad laboral que afecta directamente la salud mental, con altos niveles de estrés, ansiedad y depresión entre quienes ocupan empleos inestables. Jóvenes, mujeres y cabezas de familia son los sectores más vulnerables, con consecuencias aún más marcadas en su salud emocional.
El estudio también insta a considerar la precariedad laboral como un problema de salud pública, y a diseñar políticas que garanticen condiciones de trabajo dignas para proteger el bienestar psíquico de los trabajadores.
En Paraguay, un informe de características similares aún está pendiente. Para López Arce, contar con datos locales ayudaría a visibilizar el problema y construir políticas públicas más efectivas para atender una realidad que afecta a más de la mitad de la población en edad activa. “La frase ‘precarios, inestables y estresados’ es más que un diagnóstico: Es un llamado urgente a la acción”, concluyó.