Policía relata los primeros momentos del trágico incidente entre orientales en Ciudad del Este

El subcomisario Toribio Arévalos fue uno de los primeros en acudir a la trágica escena que se desarrolló en el edificio Castillo de Diamante, ubicado en Ciudad del Este, donde una disputa comercial derivó en la muerte de cinco orientales.

“Nosotros estábamos en una rotonda, en nuestra presencia con personal de la GEO, se acerca ahí un vehículo y el conductor, un ciudadano oriental, nos pide a gritos auxilio”, recordó.

“Entonces yo voy corriendo junto a él y no le entendía bien. Entonces procedo a subirme con él y le acompaño hasta el edificio”, relató el policía sobre cómo se enteró del caso.

El subcomisario rememoró que al llegar al edificio se encontró con otro oriental, a quien sí pudo entender, que ofició de traductor y le contó que en el piso 15 ocurrió un hecho de agresión, con personas fallecidas y otras heridas que aún seguían con vida, que necesitaban ser rescatadas.

“Lo primero que procedimos a hacer es entrar con un personal de la GEO que me acompañaba, subimos por el ascensor, llegamos hasta el piso 14, procedimos a subir por las escaleras, al llegar ahí, era todo un pasillo con los departamentos pero para pasar a los departamentos había una barrera y al estar cerca de esa valla se podía percibir el olor fuerte al gas”, comentó el subcomisario.

Luego de percatarse del olor, procedieron a bajarse rápidamente al no contar con el equipo necesario y para resguardarse en caso de que ocurra una explosión.

Una vez que se encontraron fuera del edificio, llamaron a los bomberos, que llegaron en algunos minutos, y luego de explicarles lo que estaba ocurriendo, se escuchó un ruido en la parte alta y empezó a salir un humo por el portón principal.

“Lo que decidimos hacer, les pido a los bomberos esas máscaras de gas con el oxígeno, ellos nos prestan, decían que tenían poco pero que nos prestaban y decidimos ingresar nuevamente, ellos proceden a cortar toda la parte eléctrica del edificio para que no se expandiera el fuego”, relató el policía.

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Comentó que subieron por la escalera hasta el piso 5, pero no podían avanzar por el exceso de humo, además el tiempo de oxígeno que tenían era de 15 minutos y a pasos de tortuga no llegarían al piso 15 antes de eso.

Nuevamente, decidieron bajar y al salir ya había un camión de bomberos con escalera en el lugar y utilizaron eso para ingresar por afuera, llegaron hasta un determinado piso y subieron por las escaleras hasta el piso 15, donde rompieron una puerta para ingresar.

Volvieron a exponerse al humo que no encontraba salida y se acumulaba en el lugar, al llegar al piso 15 se encontró con una persona toda ensangrentada que estaba en el pasillo donde anteriormente había llegado.

“Aparentemente, cuando nosotros salimos de ahí, cuando percibimos que había gas, él había salido arrastrándose hasta ahí, pero no pudo continuar porque estaba lleno de heridas de arma blanca”, señaló el subcomisario.

El uniformado comentó que bajaron “a pulso” al herido, porque no tenían camilla consigo. Llevaron al afectado hasta el primer piso. “Lastimosamente esa persona no sobrevivió, eso es lo que me afectó un poco, porque fue un esfuerzo enorme que hicimos con todos los compañeros y al final no sobrevivió”, reprochó el agente policial.

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Añadió que cuando descendieron los bomberos ya habían subido e ingresaron a una de las habitaciones donde encontraron a una madre con su hija y procedieron a auxiliarlas, las bajaron rápidamente.

Con relación al agresor y supuesto responsable del incidente, el subcomisario consideró que posiblemente se percató de la presencia policial porque al subir habían gritado “policía, policía”.

“Podemos presumir que él en principio podía haber pensado que tras cometer el hecho, iba a soltar el gas, incendiar y bajar por el ascensor, huir del lugar. Cuando sintió nuestra presencia, no tuvo opción, ya que era el único acceso, no tenía por dónde escaparse”, comentó el subcomisario.

Agregó que presumiblemente, el hombre pensó que iba a ser atrapado y por esa razón, decidió autoeliminarse.