“He firmado ahora una orden para que la Policía Federal inicie una investigación sobre las organizaciones nazis y/o neonazis en Brasil, ya que hay indicios de acción interregional”, señaló el ministro de Justicia, Flavio Dino, en sus redes sociales.
Dino asoció los cada vez más frecuentes atentados en colegios a factores como “la proliferación de odio en la sociedad por un internet no regulado y con empresas irresponsables”, “los incentivos a las armas y a la ideología de la muerte” y la actuación de “grupos nazis y neonazis”.
La decisión de Dino coincide además con la divulgación, el pasado domingo, de un reportaje en la cadena Globo que reveló conexiones entre brasileños y una organización supremacista blanca internacional en el sur del país, y con dos atentados en centros educativos del país en menos de dos semanas.
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El miércoles, un hombre de 25 años y con antecedentes penales invadió una guardería y mató con un hacha a cuatro niños e hirió a otros cuatro con edades comprendidas entre los tres y los siete años.
El agresor se entregó a las autoridades y permanece detenido, mientras los peritos intentan esclarecer las circunstancias de este brutal crimen a partir de la inspección de su celular y de sus redes sociales.
El Gobierno brasileño anunció el mismo miércoles la creación de un grupo de trabajo para combatir la violencia escolar y ofreció 150 millones de reales (USD 30 millones) a los municipios que deseen reforzar la seguridad en el entorno de los colegios.
La masacre de Blumenau, una tranquila ciudad con cerca de 400.000 habitantes en el sureño estado de Santa Catarina, tuvo lugar diez días después de otro ataque ocurrido en un colegio de São Paulo, donde un adolescente de 13 años mató a cuchilladas a una profesora e hirió a otras cuatro personas.
Según informes oficiales, los ataques a centros educativos brasileños han matado a 40 alumnos y profesores en los últimos 20 años.