04 oct. 2025

Para-guá-y - Paraguay - Los Paraguayos

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Ing. Igor Fleischer Shevelev
Investigador

En 1534, Carlos I, rey de Castilla, otorga una capitulación a Pedro de Mendoza. Su jurisdicción abarca 200 leguas de norte a sur, desde la otorgada a Diego de Almagro (que pasa por la latitud de Villa Hayes) hasta poco al sur de Buenos Aires. De este a oeste está delimitado por el Atlántico y el Pacífico. También designa a Mendoza como adelantado del Río de la Plata. Será el primero en la región. Su misión es conquistar y apoderarse de sus tesoros. Se organiza en Castilla una expedición. Se alista una imponente flota de carabelas. Entre sus lugartenientes está Juan de Ayolas.

Los viajeros son en su mayoría oriundos de la península. Otros extranjeros. Los acompañan mujeres y también algunos hidalgos que forman parte de la expedición. Sin embargo, la mayoría es gente del común. En febrero de 1536, llegan al Río de la Plata. El 3, en la margen derecha, fundan un fuerte que denominan Nuestra Señora Santa María de Buen Ayre.

La orilla meridional está habitada por querandíes. La existencia de Buen Aire será efímera. Realmente el lugar elegido por Mendoza no podía ser peor. La cantidad de provisiones que los indios están en condiciones de proveer está por debajo de lo requerido. Por tal razón, Ayolas es enviado río arriba en busca de provisiones. Los castellanos ya no se contentan con esperar la llegada de los indios, sino que van en busca de ellos. El 15 de junio se entabla un combate donde los castellanos son masacrados. El 24, Mendoza se encierra amparado por la empalizada. En julio, los indios deciden el asalto final. Los sitiados se refugian en las carabelas.

Ese mismo día, río arriba, Ayolas funda Corpus Christi próximo al Carcarañá. Allí consigue provisiones y regresa a Buen Aire. Se decide trasladar la mitad de la población a Corpus Christi. Mendoza traslada el fuerte aguas abajo, cerca de lo que es hoy Rosario. Lo denomina Buena Esperanza.

Mendoza, empecinado por culminar su misión, envía en busca de la Sierra de la Plata a Juan de Ayolas y a Domingo Martínez de Irala. Estos parten el 14 de octubre. Poco después, Mendoza –ya deteriorada su salud– regresa a Buen Aire. Desde allí, envía a Juan de Salazar y Espinoza a Corpus Christi y a Buena Esperanza para socorro de sus pobladores y con instrucción de proseguir la navegación en pos de Ayolas.

La Cuenca del Plata, el conjunto, tenía una población nativa poco numerosa. No tienen nombres para sí mismos, solo del lugar de asentamiento. Todavía nadie habla de los equivocadamente denominados carios, y menos aún de los guaraníes. Esta constituye la etnia predominante en la lluviosa región de bosques altos y frondosos, el Caaguazú. Sus asentamientos están dispersos, poco poblados y vinculados entre sí lo relativamente próximos por el parentesco o afinidad social. Ayolas remonta el río Paraguay. En diciembre de 1936, descubre el poblado (guára) Para-guá-y, situado en la margen oriental del río, antes desconocido para ellos. Los castellanos desembarcan allí. Los indios son receptivos y hospitalarios, agricultores y también recolectores. También se dedican a la caza y a la pesca. Surten a los expedicionarios de provisiones. En esta comunidad habrían tratado con sus señores principales. Los Carai. Más bien los Carai guasu.

¿Pero qué significado tiene esta palabra Para-guá-y? Pará significa “mar”; guá es “sitio” y es “río”. Para-guá-y significa “Sitio en el río mar”. Para los españoles es impronunciable y la adaptan como i griega o ye. El nombre del río Paraguay lo da el tan renombrado sitio por donde discurre.

El 15 de enero de 1537, Salazar parte en sus bergantines en busca de Ayolas. En marzo, arriba al poblado Para-guá-y, donde había estado Ayolas. Para los locales ya no son extraños. A los recién llegados se los recibe con cordialidad. Salazar considera el lugar apropiado para un fuerte. Sin embargo, los conquistadores no conocen el nombre de esta nación por la simple razón de que no lo tenían. Los conquistadores en alguna forma debían denominarlos. Los llamaron carios. Y es con este nombre como lo denominan en sus primeros relatorios. ¿Por qué este nombre? Cuando los castellanos requieren provisiones con alguien tenían que tratar. ¿Con quién sería? Lo informa Salazar. Que “asentaron paz y concordia con los indios de esta tierra”. Sin duda, con los señores principales, los Carai. Para los castellanos, Carai sonaría como carió y así se generaliza esta denominación para toda la comunidad local.

Salazar prosigue hacia el norte. Encuentra a Irala en Candelaria. No tienen noticias de Ayolas. En Buen Aire, Mendoza está con la salud deteriorada y decide regresar a Castilla. Nombra a Juan de Ayolas como sucesor en el mando supremo de la expedición, pero este es muerto por los payagüaes. Irala se entera de la muerte de Ayolas. Salazar regresa a Para-guá-y. Allí, el 15 de agosto de 1537, funda el Fuerte de Nuestra Señora de la Asunción. Será la capital de la Provincia del Río de la Plata.

Los indios hablan un idioma que más tarde será llamado guaraní, que para los castellanos ya no es extraño. La región elegida por Salazar para asiento de la conquista dista mucho de sus expectativas. Sin embargo, encontraron algo mucho más valioso: las nativas, que ellos lo vieron como una valiosa herramienta de trabajo y después se constituyeron en admirables compañeras.

El 23 de junio de 1539 Domingo Martínez de Irala es electo gobernador. En el momento, en Castilla, Álvar Núñez Cabeza de Vaca es nombrado capitán general de la Provincia y adelantado. El 29 de marzo de 1541 este arriba a la isla de Santa Catalina (Miri). En octubre de 1541, inicia la marcha por vía terrestre a Asunción. Lo acompaña un cronista, Pedro Hernández, quien consigna información sobre este viaje. Menciona el nombre de la etnia que habita en la región: esta es una gente y generación que se llaman guaraníes. El 11 de marzo de 1542 llega al legendario Pa-ra-guá-y, Asunción, donde asume sus funciones.

Álvar Núñez está empeñado en repetir las hazañas de Alejo García y Juan de Ayolas para llegar a la Sierra de la Plata. Organiza una expedición para llegar al mítico Reino de la Plata. El resultado: un fracaso. La colonia apenas sobrevive. Irala capitaliza el descontento. Sus pretensiones de lograr la reconducción del gobierno tienen cada vez mayores posibilidades. En la noche del día de San Marcos, el 25 de abril de 1544, estalla una rebelión triunfante. Reasume Irala. Cabeza de Vaca es remitido preso a España.

Al inicio de la conquista no se sabe de los guaraníes. Probablemente el dialecto de este idioma ya no exista, pues la comunidad ha sido exterminada por las correrías de los mamelucos. El que sobrevive es el paraguayo, el idioma materno de los criollos asuncenos. En Asunción la acepción carió desaparece y se aplica la difundida por Cabeza de Vaca, también errada, guaraní. El nombre guaraní provendría de guara-y asentamiento en los ríos, pues estas guara están dentro de una región surcada por muchos cursos de agua. De allí guaraní donde la impronunciable y se adapta a ni.

En 1552, Martínez de Irala realiza una expedición al Guairá. Descubre los saltos. Allí se fundarán ciudades. También los jesuitas asentaran reducciones de indios. En 1556, tras liderar por veinte años la gestación de la provincia, fallece Domingo Martínez de Irala. Ya pasaron 20 años desde la fundación de Asunción. La colonia se afianza, el asentamiento prospera y los dominios castellanos se expanden. El fonema de la guara, Para-guá-y, se castellaniza a Paraguay y después ya para la comarca. Más tarde, todo el territorio.

El centro social, cultural y administrativo se constituye en Asunción. En 1575 Martín Barco de Centenera deja sus impresiones en su obra La Argentina. Ilustra sus impresiones sobre Asunción: “La gran ciudad, antigua y populosa Que es dicha la Asunción, que fue poblada - Por Zalazar, en era muy lustrosa - Es opuesta ciudad, tan regalada - Que mi pluma escribirlo aquí no osa,- Algunos, por baldón, con mal aviso, - La llaman de Mahoma Paraíso”.

La descendencia castellana se torna numerosa. Surgen los mestizos. Son los paraguayos que constituirán la élite señorial y el alma de la raza. No son indios, avá, pues ya son criollos que constituirán la nación paraguaya. Tendrán y mantendrán privilegios similares a la de los castellanos. Constituirán una clase social diferente a la de los nativos, comparable a los hidalgos de Castilla. Habitan en Asunción. Acompañarán la expansión del territorio. En esta primera etapa se echan los cimientos de lo que será la nación paraguaya. Tienen nombres y apellidos españoles, andan descalzos pero visten como europeos. Todos hablan guaraní (realmente en paraguayo). Algunos poseen armas de fuego y todos armas blancas. Son buenos jinetes. Su capacidad combativa heredada de los bravos castellanos y la adopción de su arte militar son superiores a los ava. Son propietarios de sus tierras. Adquieren la conciencia de su propia dignidad. A los varones se los trata de “don” y a las mujeres de “doña”. Los paraguayos serán culturizados por los europeos y adoptarán muchas de sus costumbres. También profesarán la religión católica. La antropofagia será proscripta. Pero el castellano será el idioma de unos pocos ilustrados.

El 11 de junio de 1580, Juan de Garay funda la ciudad de La Trinidad en el puerto de Nuestra Señora Santa María de Buenos Aires. Es la actual Buenos Aires. Felipe III, por Cédula Real del 16 de diciembre de 1617, divide la provincia. Una, con capital en Asunción, se denomina Guairá, La otra mantiene el nombre, Río de la Plata, con sede en Buenos Aires. Desde la fundación de Asunción han pasado 80 años. En el momento ya todo el vasto territorio al oriente del río Paraguay acuñó definitivamente el nombre de Paraguay.

Los historiadores consideran fatal para el futuro del Paraguay la partición en dos de la Provincia argumentando que la gobernación de Asunción quedó reducida en territorio y pierde su salida al mar. Si la enorme Provincia hubiese permanecido intacta, esta capital en pocos años sería opacada por la emergente Buenos Aires. Asunción perdería su preeminencia y la ciudad porteña se convertiría en la principal. Asunción se relegaría a un segundo plano y Buenos Aires sería la capital de todo el Río de la Plata. La proyección futura del Paraguay como Estado soberano tendría un destino fatal. La partición de 1617 fue providencial, pues permitió la autonomía de sus pobladores y la conservación de su identidad.

Recién en 1782, por Real Ordenanza de Intendentes, se crea la Intendencia del Paraguay, su verdadera denominación. El 19 de enero de 1811 se da la batalla más importante de la historia del Paraguay. Es la de Cerro Mbaé, próximo a Paraguary. Constituye el preludio de la emancipación de la nación paraguaya. Muy pronto, el 9 de Junio hay una cruenta insurrección cuando se apresa al gobernador Bernardo de Velazco y Huidobro y a los miembros del Cabildo.

El 20 de junio se establece una Junta de Gobierno y se oficializa la independencia. Paraguay es el nombre de una República multicultural heredera de una guara asentada sobre la ribera del río -mar, con más de 500 años de antigüedad, y cuya ignota fecha de constitución se pierde en las brumas de la prehistoria. También es el único país de la America de Sud que mantiene su nombre originario Para-gua-y.

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