13 feb. 2025

Para cambiar el IPS debemos desterrar el clientelismo político

Se impone realizar cambios urgentes en el Instituto de Previsión Social, estos ya no pueden demorar por la situación de ineficiencia que afecta gravemente a los asegurados de la institución. Para eso debemos analizar el verdadero trasfondo de esta problemática y no caben dudas de que, en primer lugar, se debe desterrar el clientelismo político partidario que impera en el IPS. No habrá mejoras en la infraestructura o la provisión de medicamentos e insumos mientras por encima de la capacidad impere el intercambio de favores políticos.

El manejo clientelista de las instituciones se encuentra en el origen de gran parte de la ineficiencia de las mismas. Desde el momento en que se considera a las instituciones del Estado como el patio de comidas, del que se pueden disponer recursos, ocupar altos cargos sin el requisito de la calificación y repartir cargos en forma prebendaria a los amigos del partido y a los familiares, queda condenada cualquier posibilidad de que una gestión pública logre ofrecer un buen servicio al ciudadano y, con ello, alcanzar el mejoramiento de su calidad de vida.

El Instituto de Previsión Social, en sus 80 años de funcionamiento, es una muestra de lo anterior, y nunca antes como ahora los verdaderos dueños de la institución, que son los trabajadores, ven en peligro la sostenibilidad de la seguridad social.

La última polémica se generó con una publicación de Última Hora respecto al desembolso del IPS de G. 345.705.961, unos 47.487 dólares, en el último año en concepto de viáticos para seminarios internacionales. Solo el presidente del Consejo de Administración, Vicente Bataglia, gastó G. 84.266.817, 11.575 dólares. Bataglia hizo cinco viajes al exterior para participar de seminarios internacionales.

No se objetan los viajes de capacitación, siempre que estos aporten beneficios. Sin embargo, la ciudadanía se pregunta en qué ayudaron estos viajes tan costosos para mejorar la atención que reciben los asegurados, pues persisten la escasez de medicamentos básicos e insumos en los hospitales y las larga esperas en el call center.

El IPS es la institución más importante en cuanto a la seguridad social, y por sus recursos ha sido, históricamente, considerada como una suerte de caja chica por los politiqueros. Es al mismo tiempo vista como una agencia de empleo para los correligionarios, parientes y amigos. No es un dato ocioso que el Instituto en el año 2018 tuviera 16.500 funcionarios y hoy, cinco años después, ya alcanzan los 28.000 funcionarios, como fuera revelado por ex alto funcionario de la institución.

Las malas artes de la clase política ponen en riesgo el valioso capital de esta entidad que es fundamental en su acción, considerando que en el Paraguay la salud pública ni es gratuita ni es universal.

En un país en el que la pobreza sigue aumentado y mientras siguen creciendo la brecha de desigualdad y el escaso o a veces nulo acceso a servicios de calidad, el IPS es fundamental para garantizar un mínimo acceso a salud para miles de trabajadores. Pero la situación es ya insostenible, por la falta de medicamentos, la falta de turnos, la carencia de profesionales calificados y ahora también se añade la preocupación por la gestión financiera.

El actual presidente del Consejo de Administración, Vicente Bataglia, precisamente días antes de las últimas elecciones presidenciales dio una clase magistral de cómo funciona la relación de Estado-Partido Colorado, que tan bien funcionó durante la dictadura de Alfredo Stroessner, y que tanto ha debilitado a nuestras instituciones.

Mientras los asegurados lloraban sus miserias, por falta de medicamentos e insumos y por las largas esperas para consultas especializadas, Bataglia, junto con el ministro de Salud Pública arreaban a funcionarios y prometían un “ejército de votos” para el candidato colorado Santiago Peña en una concentración partidaria. “Todo este personal de salud que representan otros miles que no pueden estar presentes, van a ir a depositar sus votos por la Lista 1 para tener una gran victoria. El domingo el Partido Colorado refrenda su capacidad para gobernar este país”, dijo entre hurras.

Este es el modelo que ya no debemos perpetuar; esto es lo que debemos cambiar en el Paraguay si queremos tener un futuro como país.

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