“Comenzamos la Semana Santa entusiasmados, gritando ‘bendito el que viene en el nombre del Señor’, pero tenemos que saber que el que grita es el pueblo sencillo, porque el que no tiene hambre no grita”, manifestó Ariotti.
Señaló que el pueblo “grita” porque no está contento con lo que tiene y espera que alguien llegue para sacarlo de la miseria.
Comparó ese momento con la entrada de Jesús a Jerusalén cuando el pueblo lo esperaba con entusiasmo, con gritos de júbilo, porque confiaba más en el profeta que en los gobernantes que tenían.
En otro momento habló sobre el perdón y recordó que nos encontramos en el año de la misericordia.
“La puerta de la misericordia en Caacupé no es suficiente en Paraguay, debemos colocar una sobre Mariscal López”, sentenció el nuncio.
Aprovechó la oportunidad para comentar una anécdota que le ocurrió durante una conversación con un político del que prefirió no dar su nombre.
“Pregunté a un político '¿cómo estas celebrando el año de la misericordia?’, y me dijo que lo estaba celebrando dando paz a quienes la merecen. Pero todos merecemos paz y tranquilidad porque todos fuimos perdonados por Jesús, incluso aquel ladrón crucificado al que perdonó en el mismo momento”, indicó.
Ariotti insistió en que se debe asumir un compromiso con Dios, no solo en Semana Santa, sino en todos los aspectos de la vida y en todo momento.
Agregó que se puede asumir el papel de Jesús, un pastor misericordioso y benigno que enseña a perdonar incluso antes de que se lo pida; dijo que también se puede tomar el papel de Pedro, que prometió ser fiel; incluso manifestó que algunos pueden hacer el papel del ladrón, que cometió muchos errores pero que en el último momento se arrepintió y fue perdonado.
Por último, dijo que se debe asumir el papel del pueblo que acompañó a Jesús y “ayudemos a llevar la cruz con determinación y buena decisión”, insistió.
La homilía estuvo basada en el evangelio de Lucas, que antes de la homilía fue representado por jóvenes en su capítulo dedicado a la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo.