20 may. 2025

Números irracionales

El Paraguay es un país con una singularidad asombrosa. La primera minoría electoral, como tal, siempre permanece invariable; pierde las elecciones, pero se queda con el poder. Como no hay segunda vuelta, a la ANR –hoy manejada por un grupo económico con fines de lucro que alquila el partido de gobierno– se le regala el mandato desde hace décadas. Los opositores no se unen, no pueden con sus egos, viven en una hoguera de vanidades.
He estado ejercitando mis planillas electrónicas en los últimos feriados. E hice mis cálculos. No son perfectos. Pero, más abajo, hay números que son contundentes. Los opositores desperdician los votos al santo cohete. Los tiran a la basura. Actúan como desquiciados. Vean los anexos. En Senadores ya serían mayoría, se perdieron por lo menos cinco bancas, habiendo obtenido los votos necesarios, pero no agrupados en la forma correcta. Son varios grupos desorganizados. Todo por querer figuretear, manteniendo sus supuestas purezas químicas con una estéril multiidentidad electoral.

Por ejemplo, para Senadores, la ANR hizo 1.319.617 votos en el 2023. En otras palabras, el Partido Colorado, con el 43,7% del total de votos, se adjudicó el 51,1% de los 45 senadores. Son 23 colorados. Eficiencia más que proporcional.

La oposición, al contrario, hizo menos porcentaje de bancas sobre el total de senadores, 22 legisladores, a pesar de haber sumado más cantidad de votos. El conjunto opositor se llevó 1.566.239 votos, dispersos en alrededor de 17 grupos y partidos políticos que no llegaron a ningún tipo de acuerdo para presentarse unidos.

El resultado menos que proporcional es el siguiente: Con el 51,9% del total de votos, que llegó a 3.020.387, los opositores se quedaron con apenas el 48,9% de las bancas de senadores. Gran vyrorei. Ni pensemos en los tránsfugas, los chaqueñitos y compañía, que, electos como opositores, se sumaron a la ANR, por millones de razones.

Hoy la mayoría electoral es basureada por los que representan los intereses de la minoría de los votantes, con los transfugados en las sesiones, donde la aplanadora roja ni parlamenta los proyectos legislativos que se presentan. El sistema D’Hondt causa estragos autoinfligidos en los grupos opositores.

Nadie lo entiende. El Paraguay es una isla rodeada de tierra, ya lo dijo Augusto Roa Bastos. La gente te dice “me voy a venir”. Las leyes se acatan, pero no se cumplen. El presidente viaja a promocionar a su país, que produce alimentos para el mundo, pero cuya gente tiene la heladera vacía. Es un capitalismo sin capitalistas. Aquí se enriquecen entre secuaces. Se tiene a un Estado sin políticos, la política es la principal actividad privada con fines de lucro. El país es también una iglesia sin creyentes. Y los golpes de Estado son meros golpes palaciegos, gente de tu mismo palacio es la que te traiciona, y te inicia la rebelión. Nadie es responsable de su propia vida, dependemos de los de afuera. Por ejemplo, para que se lleven al dictador del siglo pasado, le tocó a Brasil; y, a pesar de los pesares, todo el mundo espera de los Estados Unidos un uniforme naranja. No nos queremos encargar de nosotros mismos, de nuestros problemas. Estos no son nuestros, son de los demás, en especial del extranjero. Mentalidad de colonia. Al Cabeza de Vaca ese, se lo enviamos a España, así ellos se encargaban del tipo.

Todo lo anterior no se limita a los ejemplos expuestos. Quiero volver a concentrarme en la democracia paraguaya y su ámbito electoral. A juzgar por lo que se viene más abajo, el Paraguay es un país de gua’u, con una democracia de fantasía. Pura bolaterapia. No es participativa, no es representativa y mucho menos es transformacional. Mucha fachada. Los mandatos por encargo de la narcopolítica, por ejemplo, manejan la nación. A propósito, ¿qué pasó del chat de Lalo? ¿Quién mandó matar al fiscal Pecci? ¿Saben algo?

La alternancia nunca llega. Debemos aceptar que el oficialismo tampoco tiene toda la carga. Hay gente que debe hacerse también responsable. Sobre todo, los grupos y partidos de oposición, como dice Dan Ariely, predeciblemente irracionales. Veamos otros números. En Diputados, elecciones del 2023.

Aquí la cosa se pone más difícil. Sobre un total de 3.012.351 votos para diputados, la ANR, con el 44,8% de los votos, se quedó con el 60% de las ochenta bancas. Y los opositores, con el 49,5% de los votos, se quedaron apenas con el 40% de las bancas. Estrategia fallida. Repito, los opositores son predeciblemente irracionales.

Los colorados hicieron 1.345.730 votos, metieron 48 diputados. Los votos nulos fueron 13.650 y blancos 160.551. El resto, 1.492.420 votos, de los opositores, sirvieron para meter apenas 32 diputados. Los opositores cometieron un error garrafal.

Hicieron alianzas departamentales para cargos plurinominales y no obtuvieron bancas. Tonterías. Ni me hablen de los que luego fueron tránsfugas.

Finalmente, la serie histórica o empírica que preparé sobre los votos para presidente habla por sí sola. Los colorados siempre pierden, pero siempre ganan. Sin balotaje, esa es la tendencia. Puede seguir siendo así.

El promedio ponderado desde 1989 al 2023 expone 47% a la ANR versus 53% para la oposición. Excluí los nulos y en blanco.

El 2023 fue el año irracionalmente más genial de todos. Se presentaron cuatro candidatos en cuatro listas, tres opositores y un oficialista. La oposición unida hizo el 55,2% de los votos, el oficialismo hizo el 44,8% de los votos, 1.1292.079 versus 1.589.980, respectivamente. El resultado es único en el mundo. Ganó, y hoy tiene el poder, uno que no era candidato. Ustedes lo entienden. Hemos inaugurado la presidencia por encargo. Hagan plop!

Ahora, para el 2028, los colorados están preocupados. Algo está pasando en el electorado. Parece que la desilusión es grande. Por eso, incluso la democracia de fachada, meramente electoral, está amenazada en el Paraguay. La ANR ha modificado en la ley la inscripción automática en los padrones para votar. Esto conspira en el caso de los expatriados que suelen votar en buena parte por la oposición. Ahora deben inscribirse todos. Eliminan un derecho constitucional a los compatriotas que envían más de 700 millones de dólares de remesas por año a sus parientes en Paraguay. Al mismo tiempo se impide votar internas para eventuales concertaciones con padrones nacionales. Por otro lado, se concentran los recursos para subsidios electorales y aporte estatal en un solo partido, la ANR. Salen leyes que debilitan a la sociedad civil, el tema ONG. La Contraloría General de la República (CGR), en manos de la ANR, ahora descubrió que existen mecanismos de intervención de instituciones, conforme a las próximas elecciones que se avecinan. Auditoría de ocasión, de mediano y largo plazo. El control de la República debe ser de la oposición. En fin, el poder real del quincho domina sobre los tres poderes del Estado. Y, por último, son capaces de cortarse la propia carne, en Asunción, para eliminar a un precandidato del Este. Todo vale.

El Paraguay tiene a una oposición que no puede construir un Proyecto de Unidad para el Desarrollo, enredada en sus egos y vanidades. Tampoco la ANR tiene su Proyecto de Nación. Es decir, el país solo tiene, tanto en el oficialismo como en la oposición, un archipiélago de proyectos de poder y nada de proyectos de Desarrollo Humano de transformación de la realidad.

Saludos cordiales.

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Elecciones Presidenciales en la era Democrática - Serie Histórica 1989 - 2023_60982669.jpg

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