“Escuchen nuestra voz, queremos buen trato y protección...”, fue el lema de la jornada en el Abasto, a cargo de niños de hasta 14 años.
Algunas de las actividades que realizaron fueron murgas, pintatas, talleres artesanales y juegos tradicionales como trompo, goma, soga.
“Allí mismo, donde todos los días vendemos nuestro choclo, nuestras frutas o donde debemos juntar y reciclar para poder tener ingresos”, expresó el grupo de pequeños trabajadores a través de un comunicado.
Lamentaron que deben trabajar en el lugar, muchos en compañía de otros miembros de su familia, en malas condiciones para poder comer, ir a la escuela y comprar remedios.
“Pero no perdemos la alegría porque creemos que a través del trabajo, la participación y la formación podemos cambiar y hacer de nuestro Paraguay un país sin violencia hacia los niños”, manifestaron.
Calificaron como violencia que se los pegue, grite, maltrate, el hecho de trabajar en la calle, la falta de almuerzo escolar, las violaciones a las niñas y hasta los crímenes de grupos armados en el norte del país.
“Es violencia que los niños y adolescentes del campo tengan que dejar su tierra, sus animales, sus juegos, por culpa de que están rodeados de soja y fumigaciones”, sentenciaron.
La Convención sobre los Derechos del Niño habla de estos como sujetos de derecho, sin embargo no consideran que esto se cumpla a cabalidad.
“Pero tenemos alegría, esperanza y fuerzas para organizarnos, capacitarnos y seguir trabajando para tener una democracia de verdad”, culminaron.
El comunicado estaba firmado por Daniel Cardozo (11), Camila Arzamendia (11), Fiorella Sandoval (12) y Walter Bogado (14).