A partir de ahora, el equipo de la misión tiene cuatro años para finalizar el diseño definitivo de la nave, construirla y probar sus instrumentos científicos.
El anuncio lo ha hecho esta semana el administrador asociado de la Dirección de Misiones Científicas de la NASA, Nicky Fox, quien subrayó que “Dragonfly es una misión científica espectacular con un amplio interés por parte de la comunidad. Explorar Titán ampliará los límites de lo que podemos hacer con helicópteros fuera de la Tierra”.
La misión, que costará 3.350 millones de dólares, estaba inicialmente prevista para 2026, pero ha sufrido un retraso de dos años por las restricciones presupuestarias y los costes adicionales causados por la pandemia de Covid-19.
Dragonfly (“libélula” en inglés) llegará a la superficie de Titán en 2034 y sobrevolará docenas de lugares del satélite en busca de procesos químicos prebióticos comunes tanto en Titán como en la Tierra primitiva antes de que se desarrollara la vida.
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El helicóptero, equipado con ocho rotores y que vuela como un dron, será el primer vehículo científico de la NASA que volará sobre otro cuerpo planetario.
El robot explorará desde dunas de arena hasta el suelo de un cráter, donde los científicos esperan encontrar agua líquida y otros materiales orgánicos que podrían ofrecer pistas sobre el origen de la vida que pudo haber existido en ese cuerpo celeste hace decenas de miles de años.
Dragonfly está siendo diseñado y construido bajo la dirección del Laboratorio de Física Aplicada Johns Hopkins (APL) en Laurel, Maryland, que gestiona la misión para la NASA.
Fuente: EFE