A solo dos meses del inicio del año las perspectivas económicas y financieras sufrieron fuertes cambios y en algunos casos hasta cambiaron drásticamente de dirección, lo cual pone en alerta a las autoridades económicas, analistas y al empresariado en general.
Por de pronto, dos hechos están cambiando el rumbo de la economía local. Por un lado, la sequía de finales y principios de año y cuyos efectos se están sintiendo ahora. Por otro lado, y como golpe de gracia, se suma la suba del precio internacional del petróleo a consecuencia de la invasión rusa a Ucrania.
En el caso de la sequía ya prácticamente se está superando con las últimas lluvias, aunque siguen los pronósticos de escasez de lluvias para este año.
Sin embargo, sus efectos se están sintiendo ahora, como la falta de ciertos productos agrícolas utilizados para la alimentación de ganado, como el maíz y la soja.
Esto hizo que los precios de aves y huevos registraran subas constantes en las últimas semanas, a lo que se suma cierta escasez del producto.
También hay una baja producción en lo que respecta al trigo, lo que trae como consecuencia la suba de la harina y de los panificados.
La fuerte merma en la producción de la soja está impulsando a las industrias aceiteras a importar el grano para su procesamiento. Este trámite encarece el proceso de producción, por lo que estiman que el precio de los aceites comestibles seguirá registrando aumentos en los próximos meses.
Hay varios otros productos locales, que componen la canasta básica familiar, que están registrando subas en el precio, y la incomodidad de los consumidores va en aumento.
Se suma a la escalada de precios de productos locales el encarecimiento de los combustibles. La suba de las naftas y el gasoil está despertando una fuerte reacción ciudadana y desde la semana pasada se registraron protestas en la capital y los principales accesos al Departamento Central.
La suba de combustibles afecta sensiblemente la labor de un importante sector de la economía, como de los camioneros, fleteros, transportistas, taxistas, deliverys y los conductores de plataformas.
El aumento del costo del transporte también incide en los precios de los productos que deben ser trasladados hasta los centros de comercialización.
Los últimos informes del Banco Central del Paraguay sobre la inflación reflejan el aumento de los precios de los productos de la canasta básica.
Ante esta coyuntura, el BCP viene alzando sus tasas de política monetaria tratando de frenar la escalada de precios. Sin embargo, algunos analistas económicos alertan que no se pueden aumentar indefinidamente las tasas de interés porque derivaría en una desaceleración de la economía.
Efectivamente, un aumento sostenido de las tasas de interés del BCP desalentaría las inversiones y, en consecuencia, se desestimularía la actividad económica.
De hecho, algunas consultoras ya hablan de que este año la economía crecerá mucho menos, incluso algunos ya vaticinan una caída de producto interno bruto para este año.
La economía del país está enfrentando dos fenómenos económicos difíciles de compaginar. Por un lado, tenemos la inflación y por otro lado, el riesgo de una desaceleración de la economía.
Esto obliga a las autoridades del BCP a afinar la punta del lápiz a la hora de tomar decisiones relacionadas con contener la inflación, sin afectar negativamente el desarrollo de la actividad económica.
Después de muchos años de estabilidad inflacionaria y crecimiento moderado de la economía, las autoridades económicas deben lidiar ahora con el fenómeno de la estanflación. Según los economistas, esto se da cuando hay inflación por un lado y desaceleración económica, por otro.