Según informó la Fundación Temaikèn, a cargo del bioparque de la localidad bonaerense de Escobar, el ejemplar de pudú nació el pasado 6 de noviembre, es macho y mide tan solo 40 centímetros.
El animal pertenece a una especie muy particular, ya que es uno de los ciervos más pequeños del mundo y sus poblaciones están disminuyendo en la naturaleza.
“Este bebé está sano y ya explora el ambiente, bajo el cuidado de Chapi, su mamá, y Nicolino, su papá. Ambos están atentos a su cría, que también permite que los profesionales del Bioparque se acerquen para realizarle controles de salud”, señala el comunicado.
Los cuidadores están muy atentos a la evolución del peso del animal para confirmar que crezca con la lactancia que le brinda su madre.
El destete se da generalmente a los dos meses de vida.
“Cuando nacen, los pudúes tienen unas manchitas blancas, que los ayudan a camuflarse en el ambiente. A medida que crecen, van desapareciendo”, explicó la Fundación Temaikèn.
La gestación del pudú es de siete meses, y las crías nacen generalmente cuando está avanzada la primavera o a inicios del verano.
Esta especie habita los bosques andino-patagónicos, pero la caza contribuye a poner en riesgo la supervivencia de estos animales.
A esta amenaza se suma la destrucción de los bosques, el ataque de perros cimarrones y la presencia de especies exóticas introducidas, como los ciervos colorados.
Por este motivo, las poblaciones de pudú fueron clasificadas por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza como “casi amenazadas”.
Fuente: EFE