“A las cuatro y cuarto, en medio de víctores y aplausos, al compás de los aires entonados por la banda de música militar, y al ruido atronador y animado del silvato, dio su primer arranque la locomotiva llevando en pos cinco carruages atestados de gente. Los primeros movimientos de la locomotiva fueron pausados y graves (sic)”.
Esta es la crónica sobre la inauguración del Ferrocarril Carlos Antonio López, que aconteció el 28 de setiembre de 1861, y que fue publicado en el Semanario de Avisos y Conocimientos Útiles. El relato del acontecimiento histórico en la Estación Central es más extenso, tiene matices y lenguaje de la época.
Y si te gusta la historia, los ferrocarriles y te interesa conocer más sobre la edad dorada del ferrocarril a vapor –que se describe de manera gloriosa en la publicación periodística–, el Museo Ferroviario –abierto de martes a domingo, de 09:00 a 17:00– invita a dar un recorrido por la memoria con la exposición de vagones, fotografías, boletería, maqueta de la locomotora de Sapucái, telégrafos, planos y hasta la ropa que vestían los maquinistas y también la locomotora más antigua del país y hasta el vagón presidencial, entre otros.
El recorrido guiado tiene un costo de G. 10.000 para adultos, para estudiantes G. 5.000 y los niños menores de 8 años tienen entrada gratuita.
Esta época es ideal para que los niños, niñas y adolescentes aprovechen el receso invernal para un paseo educativo y recreativo en la Estación Central del Ferrocarril.
“Tenemos las salas cronológicas y temáticas. Parte de los objetos exhibidos en el museo corresponden a la gestión de los ingleses. Cuando dejó de ser del Estado paraguayo, un grupo de inversionistas ingleses compran la empresa privatizada. Así se llama Ferrocarriles Centrales del Paraguay, siglas FCCP”, explicó Mayra Jiménez, museóloga, durante el recorrido.
En los pasillos y salas de exhibición permanente del Museo Ferroviario –administrado por Ferrocarriles del Paraguay SA (Fepasa)–, los visitantes puedan hacer un recorrido visual por la historia y subir también a los vagones para experimentar de forma estática la experiencia ferroviaria. Pero el vagón presidencial está cerrado, no está habilitado para el recorrido.
“Tenemos un resumen muy general de cómo se fueron dando gradualmente los sucesos y desmentir eso del primer ferrocarril de Latinoamérica. Dentro de lo que sería ese periodo fue muy relevante el ferrocarril y estaba entre los primeros, pero con las consideraciones que era servicio de pasajeros y estatal”, explicó la museóloga al tiempo de mostrar un afiche que relata la historia de manera cronológica, que se expone en una de las salas.
El Museo Ferroviario consta de varios espacios de exposición y durante el recorrido se pueden observar los retazos de la historia del emblemático ferrocarril, no solo de Asunción, sino que también de otras estaciones, ubicadas en el interior del país. Las fotografías expuestas evocan una era dorada del transporte ferroviario en el país.
Las postales y la nostalgia se hacen presentes al cruzar cada sala que, en sus mejores tiempos de los siglos XIX y XX, albergó a miles de pasajeros de todas las clases sociales, pobres y ricos viajando en un mismo ferrocarril.
Para la museóloga, la mejor parte de la exposición es la sala en la que se exponen documentos en papel de la época que corresponden a trámites administrativos y contables, pero en los cuales se destacan las fichas de los trabajadores, que son como una bitácora de la vida de cada uno: desde registros de un casamiento hasta sus jubilaciones.
Y también es llamativa la exposición de las fotos, elementos, herramientas de los técnicos ingleses que vivieron en la Villa Inglesa en Sapucái. La última sala es un popurrí de objetos en exposición.
UNA VOZ CON HISTORIA. En los andenes hay una figura principal que se destaca en la Estación Central. Él es Guillermo Soria, museólogo y guía; es quien relata la historia de la Estación Central del Ferrocarril.
A sus 64 años, sigue contando las anécdotas y memorias de lo que fue en su época el ferrocarril. Fue maquinista, auxiliar, luego conductor y hasta jefe de transporte, y hoy es una voz que relata la historia con sus 35 años de experiencia al frente del ferrocarril.
“El ferrocarril fue un transporte importante, significó desarrollo, tecnología, comunicación y servicio de energía eléctrica. Fue una fuente de expendio de energía eléctrica para Gran Asunción”.
Guillermo Soria evocó los viajes de transporte de pasajeros y productos. “Los viajes eran largos; teníamos de 12 a 15 horas. Y tenías que quedarte en cada estación, de 10 a 15 minutos, para cargar y descargar”.
Invitó a las familias para dar un recorrido por el Museo Ferroviario.