La construcción del Cabildo de Pilar tuvo lugar en la segunda década de 1800; finalizó en octubre de 1822, bajo la dirección del maestro Juan Silvestre Ximénez con la ayuda de carpinteros y artesanos del pueblo. En 1972 se convirtió en museo.
Este edificio es un importante centro de conservación de la historia paraguaya. En su interior, actualmente, se exponen piezas restauradas de su patrimonio. Así también preserva objetos y muebles de personalidades de la comunidad; junto a armas y reliquias de la Guerra contra la Triple Alianza. El sitio conserva, a su vez, piezas religiosas de valor incalculable.
El Cabildo de Pilar es el único ejemplo de su tipología en el país ya que fue testigo de acontecimientos políticos, sociales, económicos y principalmente históricos del devenir de la Nación. La edificación data de la época colonial y, en distintas épocas, fue la caja de resonancia de esta comunidad.
LEGADO. Sus balcones fueron testigos del acontecer de la historia política del país. Frente al señorial edificio, antes de la cruenta guerra contra la triple alianza, el coronel Francisco Solano López pronuncia su profético juramento a la bandera: “Jamás caerá de mis manos esta insignia sagrada de mi patria”.
“El edificio con más 200 años, en su interior cuenta la historia rica de Pilar, de toda la región del departamento de Ñeembucú, y del Paraguay”, suscribe la cuidadora del establecimiento y señala que allí se exhibe un valioso patrimonio histórico cultural y religioso de la capital del duodécimo departamento.
“La nueva narrativa del Museo de Pilar no busca resaltar sólo momentos ejemplares de la historia de héroes solitarios y batallas insignes. Propone el contexto social, cotidiano y ambiental, fiestas patronales, competencias deportivas, desfiles estudiantiles y concursos de reinas de belleza, al lado de muestras significativas de las memorias sociales como las inundaciones”, manifiesta Teresita.
La guardiana del Museo Cabildo explica que el edificio es patrimonio arquitectónico de gran valor histórico. Y detalla: “Consta de tres lances y una planta alta con gran balcón frontal hecho con madera tallada. Sus paredes son de estaqueo, las puertas son con tableros de almohadillas y las ventanas tienen rejas de hierro forjado”.
Añade que el edificio funcionó como Cabildo hasta diciembre de 1824.
“Fue cuando el Gobierno del doctor José Gaspar Rodríguez de Francia decidió suprimir las reuniones. Posteriormente, sus salones albergaron oficinas públicas del Estado. En tiempos de don Carlos Antonio López fue asiento de un Cuartel General, donde el entonces coronel Francisco Solano López recibió la bandera paraguaya y pronunció su célebre juramento: Jamás caerá de mis manos esta insignia sagrada de la patria”, parafrasea.
DE MANO EN MANO. Tras los sucesos de la Guerra de la Triple Alianza (1865-1870), el Cabildo quedó abandonado por muchos años. En 1880 el presidente de la Junta Económica Administrativa del Municipio cedió la propiedad a favor de la señora Claudia Cáceres. En enero de 1911, la dueña vendió la propiedad a doña Dolores Acuña.
En 1948, Pedro Riveros compra el inmueble de la señora Eduvigis Acuña de Rojas, quien lo había heredado. Con gesto patriótico, decidió donarlo al Estado paraguayo el 17 de abril de 1967 y tras cinco años de investigaciones y trabajos de restauración a cargo de la Casa de la Independencia de Asunción, fue declarado museo el 19 de mayo de 1972.
Sus colecciones históricas se hallan piezas museológicas relacionadas con la Guerra de la Triple Alianza: Balas de cañón, espadas, hebillas de cintos, espuelas, banderas y restos de armas. Igualmente, los visitantes pueden observar muebles y objetos que pertenecieron a relevantes personalidades de la zona.
Este lugar además cuenta con valiosas obras del arte sacro. Algunas tallas en madera de gran porte de época de los Jesuitas (San Miguel Arcángel y San Francisco) que lograron salvarse de un gran incendio que había destruido la iglesia de Pilar.
El acceso al Museo Cabildo de Pilar es libre y gratuito para el público. El histórico edificio está ubicado en pleno centro de la capital del Ñeembucú, frente a la Plaza de Armas.