El niño de 10 años fue sometido a su segundo trasplante de corazón en la madrugada del pasado lunes y se convirtió en el primer caso registrado en el país. La operación duró doce horas y representó un desafío para el equipo médico del Hospital Acosta Ñu.
Miguelito sigue en la Unidad de Cuidados Intensivos tras la cirugía, debido a la gravedad que reviste su cuadro clínico. “Estamos muy preocupados y angustiados”, expresó su madre Nancy Aquino Meza, pero con la fortaleza de una madre que también viene luchando desde hace ocho años.
No duda en calificar a su hijo como un “guerrero” de la vida, por todo lo que está combatiendo a su tan corta edad.
Recuerda que su primer trasplante se realizó a los cuatro años de edad en el Hospital Pediátrico Prof. Dr. Juan P. Garrahan, en Buenos Aires, Argentina.
Sin embargo, antes tuvo que recorrer un largo camino y tocar muchas puertas para hacer posible esa operación. “Cuando eso, en Paraguay no había un programa de trasplante pediátrico y por esa razón tuvimos que emigrar en busca de una solución”, dijo Nancy a ULTIMAHORA.COM, este martes.
Primeramente llegaron hasta el Hospital de Corrientes, lugar en donde le informaron que el corazón de pequeño estaba muy enfermo y necesitaba de suma urgencia un trasplante. Por esa razón viajaron hasta la capital argentina.
El Gobierno del vecino país autorizó la asistencia, debido a que el Hospital Garrahan es público. En ese centro asistencial, Miguelito estuvo 98 días conectado a un corazón artificial hasta que ocurrió el “milagro” de tener a un donante, rememora la madre.
Una vida normal
Nancy Aquino reconoce que la vida de un paciente trasplantado difícilmente sea normal porque es cambiar una enfermedad por otra, y se debe estar atento en cada momento.
“Pero él pudo hacerla normal, pudo ir a la escuela, llegó hasta el tercer grado, aunque ya no logró terminar porque ese año volvió a estar muy enfermo”, expresó.
Señaló que periódicamente ellos viajaban a la Argentina para seguir el tratamiento de Miguelito, con todo el esfuerzo que eso conlleva. Aunque eso cambió hace tres años cuando el Hospital Pediátrico Acosta Ñu formó y se consolidó con un programa de trasplante pediátrico. “El equipo médico es excelente”, expresa.
Está consciente de la complejidad que significa para el organismo un segundo trasplante del mismo órgano, pero asegura que la lucha continuará. "Él es un guerrero”, afirma.
Donación de sangre
La madre de Miguelito recurre a la solidaridad de la gente para pedir donantes de sangre. “Es mucha donación que se necesita porque en pocos minutos él usa entre 10 a 20 paquetes”, precisa.
Para aquellas personas que quieran colaborar pueden acercarse hasta el banco de sangre del Hospital Acosta Ñu o en el Centro de Emergencias Médicas a nombre de Miguel Meza Aquino.
La jefa de Cardiología del Acosta Ñu, Nancy Garay, consideró que esta intervención quirúrgica significó un reto para todo el equipo médico por las complicaciones que representa practicar a un paciente un segundo trasplante de corazón.