Del 2013 para acá, el Ministerio de Educación y Ciencias (MEC) registró un total de 1.882 diplomas de médicos egresados de ocho universidades.
Esto se puede constatar al ingresar al sitio web del MEC (datos.mec.gov.py/data/registros_titulos), donde figura con detalles la cantidad de títulos registrados por el Ministerio y que fueron emitidos por las universidades. La cuestión es que esas instituciones todavía no sometieron sus respectivas carreras al proceso de acreditación establecido por la Agencia Nacional de Evaluación y Acreditación de la Educación Superior (Aneaes).
Por lo que deja en duda la calidad de dichos profesionales Algunas entidades educativas –como se aprecia en la infografía– solo se inscribieron para la evaluación diagnóstica este año, pese a que se trata de un paso previo a la etapa de acreditación y que se realiza al año de implementar la oferta académica. “Al permitir el funcionamiento de las universidades con ofertas de medicina sin la acreditación, estamos poniendo en riesgo la integridad de las personas; ya que las condiciones de estudio y formación de los futuros médicos podrían estar dándose con cierta precariedad, pues no cumplen con los estándares mínimos de calidad académica”, sostiene Raúl Aguilera, titular de la Aneaes. Actualmente –señala– de casi 37 ofertas de formación de médicos solo 13 tienen la acreditación vigente y 11 están en proceso.
De acuerdo con lo establecido por el Consejo Nacional de Educación Superior (Cones), las instituciones del sector que impartan carreras de salud –especialmente de Medicina– están obligadas a pasar por el filtro de calidad, luego de registrar una primera cohorte de graduados.
En caso de que no lo hicieran, a la tercera convocatoria de la Aneaes, “se exponen a la intervención, incluso la clausura”, reza el artículo 21 de la Resolución 166/15 que reglamenta la Ley 4995/13 de Educación Superior.SALIDAPara el Dr. Alfredo Boccia, destacado médico y analista político, la formación de profesionales en Medicina está en una fase de “descontrol total” que “sobrepasa de lejos” a los órganos de control, sea la Aneaes o el Cones. “Lo primero que hay que hacer para salir del pozo es dejar de cavar: para empezar hay que prohibir la creación de otra facultad de Medicina.
Lo segundo, es cerrar todas aquellas que no tienen ningún criterio mínimo, y tercero, exigir el cumplimiento de lo estipulado por la Aneaes y el Cones y darles un plazo perentorio a las que no se presentaron (al proceso de acreditación)”, plantea sin dejar de mencionar que para eso se requiere de voluntad legislativa. Lo preocupante –comparte– es que la generación de los médicos se está llevando a cabo sin la debida formación práctica. Y hace referencia a los hospitales escuelas como Clínicas, el Hospital Central de IPS, el Hospital Nacional de Itauguá y otros tres o cuatro hospitales grandes de Asunción.
Estos últimos, “aunque no están pensados para enseñar”, sirven de práctica para dos a tres universidades nacionales y privadas. “Y pará de contar –dice–. Ahora, dónde hacen sus prácticas los de Mariano Roque Alonso.
No se sabe, porque el centro de salud del lugar no es un hospital escuela: ahí no tenés especialistas, no tenés profesores, no tenés cirugías ni quirófanos, nada hacés. ¿Cómo van a aprender así? Hasta ahí ya es un caos”, remarca y completa que en Pedro Juan Caballero, “donde hay nueve facultades”, como mínimo tiene que haber similar número de hospitales escuelas. Encima, en ciertas entidades, revela, los profesores son ex alumnos de Medicina recibidos hace no más de tres años.