25 abr. 2024

Me quedé solo y me dije: “Vamos a luchar Tito contra el cáncer”, y aprendí costura

Don Tito, más conocido en redes sociales como “El señor de las sábanas”, se ganó el cariño de la gente por su lucha diaria contra el cáncer. Confecciona sábanas y ropas. Las ventas le permiten costear el tratamiento de la enfermedad.

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Foto: Renato Delgado.

A mí (Víctor Rodríguez) me conocen más como don Tito, “El señor de las sábanas”. Tengo 58 años. Por Twitter me conocieron por el problema del riñón y cáncer. Ahí empecé a ofrecer las sábanas para pagar mi tratamiento. (No tengo seguro del IPS, ni privado). Me diagnosticaron –primero– quistes en el riñón derecho, que pasó al izquierdo. Nunca me traté.

Entonces me hicieron un estudio. Por los resultados, me dijeron que tenía que ir a ver otro médico. Ahí dije: “acá pasa algo”. Fue hace cuatro años, antes de la pandemia.

Seguí en la etapa de estudio y después saltó todo, que el riñón tenía lleno de imágenes quísticas y que eso estaba deambulando por mi cuerpo. El diagnóstico que me dieron: cáncer.

Surge después de que fallece papá y después mamá (de una familia adinerada), y quedamos los tres hermanos. Tuve inconvenientes.

EMPRENDIMIENTO

Al fallecer mamá, estuve enfermo, mal, entré a la terapia. En ese entonces viví con mi familia (hermanos). Después me quedé solo. ¿Qué pasó con todo lo que tenía? Se esfumó.

Entonces, me dije: “Vamos a luchar Tito”. Aprendí costura en el SNPP (Servicio Nacional de Promoción Profesional). Por recomendación de la chef Euge Aquino estudié costura. Ella me dijo: “Estudiá, don Tito, en el SNPP”.

Ahí fue (hace cuatro años) que estudié y aprendí costura. Yo no sabía ni enhebrar una aguja. ¿Para qué voy a mentir? Estudié dos semanas. Aprendí absolutamente todo.

Después hice cursitos y a través de Youtube. Entro, miro los tutoriales y practico con las telas que me sobran, voy cortando y haciendo. Después de eso sigo (con el emprendimiento) y voy teniendo clientes.

Una amiga muy cercana me recomendó que haga una cuenta en redes sociales (Twitter) para ofrecer mi trabajo. Micaela Mendoza abrió para mis redes sociales. Antes me manejaba por WhatsApp y ponía en mi estado lo que yo hacía. Y vendía. (Hasta ahora ofrece las sábanas en su estado de WhatsApp).

Me pusieron “El señor de las sábanas”, la persona que creó la cuenta en redes sociales hace años.

Después tuve un problema y se cerró la cuenta en Twitter (que tenía casi 12.000 seguidores). Después abrí en Instagram (elsenordelassabanas). Ahí empecé a tener un poquito de clientes otra vez.

MANOS A LA MÁQUINA

Todo yo hago, confección de ropas, manteles, trajes, vestidos a pedido. Ahora ya hago de todo, hasta vestidos de novia. Me contratan para hacer, por ejemplo, todo lo que es respecto a souvenir y regalos.

Jamás pensé que iba a llegar esto. Estoy solo y tengo que mantenerme. La familia Samaniego me recibió con los brazos abiertos. Acá alquilo. (Vive en el Barrio Santa María de Asunción).

Yo quiero vender. Entonces: ¿Qué hago? Yo voy a los colegios, a las empresas, voy junto a los gerentes, me acerco a ofrecer las sábanas y las confecciones de todo tipo.

Me ayuda para el tratamiento, para la parte de los medicamentos en especial, porque los medicamentos son caros. En este momento, Incán (Instituto Nacional del Cáncer) no está teniendo maquinarias, no está teniendo medicamentos.

En las redes contaba todo. Mi día a día con el tratamiento. Después Twitter se volvió una red muy… Entonces ahora utilizo Instagram.

Una de mis primeras clientas fue Menchi Barriocanal, que fue una de las que me impulsó en Telefuturo. Bibi Landó también me impulsó en otro canal. Fueron mis primeras clientas. Paola Maltese también es mi clienta. (Tiene más clientes famosos que no logró nombrar a todos).

TRATAMIENTO MÉDICO

Mi problema es cáncer de colon ahora. El tratamiento no termina cuando terminás la quimioterapia o radioterapia. Yo terminé la primera etapa. Ahora tengo una biopsia que hacerme.

Esa biopsia cuesta G. 2.500.000. En el Incán no anda la máquina. Para el estudio de hemograma (prueba de sangre) me dieron para dentro de dos meses. ¿Cómo voy a esperar dos meses?

Mitomicina (antibiótico) no hay en Paraguay y es lo que necesito para mis quimioterapias. Y mando a traer de Clorinda. Está G. 580.000. Yo me hago la quimioterapia, a veces dejo, porque mi cuerpo no aguanta.

La parte de salud está totalmente desprotegida. En pandemia vendí a través de WhatsApp. Después en Instagram. Es mi sustento del día a día, para comer, para mi tratamiento. La familia Samaniego me ayuda y le debo muchísimo.

Con la compra de las sábanas me están ayudando. La familia me ayuda con las pequeñas terminaciones porque tengo que salir a ofrecer.

Utilizo telas de algodón. Ofrezco sábanas de 200 hilos, de 320 hilos de algodón. Depende de lo que me pidan y de la posibilidad de cada cliente.

Los precios varían. La sábana de 200 hilos –de acuerdo al tamaño– estaría entre G. 250.000 a G. 270.000. La sábana de 320 hilos estaría en G. 350.000.

La de 400 hilos estaría en G. 550.000. El costo es más o menos un 30% menos que lo que venden algunas empresas, pero yo uso tela de algodón. Tengo cuatro máquinas en mi taller. Acá trabajo todos los días. Aparte de las sábanas hago detalles en las toallas, todo lo que es costura. Pido al Estado que inviertan en salud pública y que doten de medicamentos.

¿CÓMO CONTACTARSE?

Para pedidos pueden comunicarse al celular (0983) 800-314 con Tito. En Instagram la cuenta es el @señordelasabanas.

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