El funcionario destacó que el impacto del programa ya se evidencia en la reducción del número de niños institucionalizados.
De los 850 que vivían en hogares de abrigo, hoy unos 580 permanecen en esas instituciones, lo que representa un avance concreto hacia su integración en entornos familiares.
Destacó que “cada caso, cada expediente no es solamente una hoja de papel, en cada expediente hay una vida”, y pidió seguir fortaleciendo el sistema de protección.
El presidente Santiago Peña participó del acto y afirmó que “el Paraguay se levanta en cada uno de nuestros hogares” e invitó a más ciudadanos a involucrarse.
En vísperas de fin de año, llamó a garantizar contención afectiva para quienes más necesitan recordando que ‘‘ningún niño debe pasar la Navidad sin una familia acogedora”.
La primera dama Leticia Ocampos agradeció el compromiso de las familias que abrieron su hogar y su corazón y les dieron la oportunidad a tantos niños de poder cambiar su historia. Resaltó el rol del programa en brindar seguridad y amor a la niñez vulnerable.
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Gutiérrez reconoció que el compromiso político fue clave para arrancar la iniciativa frente a la imperiosa necesidad de dar una respuesta más fuerte del Estado ya ‘‘que se tomaron las decisiones que se tenían que tomar”.
Durante la ceremonia se compartieron testimonios de familias que acogieron a sus nuevos integrantes. Paul y Milva, por ejemplo, adoptaron unos mellizos de 14 años, una tarea que les trajo todo un cambio de rutina y dinámica familiar, pero así también una enorme satisfacción y esperanza, destacaron.
“Abran sus corazones porque es muy lindo; esta decisión la volveríamos a tomar una y mil veces”.
El programa continúa llamando a nuevos voluntarios a sumarse. El ministro de la Niñez recordó que hay muchos niños que necesitan de una familia e insistió en que el avance logrado solo será sostenible si más familias y sectores de la sociedad se involucran activamente.