24 oct. 2025

Los Tomahawk, los misiles americanos que ‘sobrevuelan’ el conflicto entre Ucrania y Rusia

Miden 6,25 metros, pesan alrededor de 1.400 kilos, llevan el nombre del hacha de guerra de los indios estadounidenses y Ucrania los quiere para presionar a Rusia para negociar el fin de la guerra: son los misiles Tomahawk.

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Los Tomahawk son misiles de crucero de gran precisión que pueden ser lanzados desde submarinos, buques, superbombarderos y plataformas terrestres.

Foto: EFE

Mientras, Vladímir Putin sostiene que solo servirían para “dañar considerablemente” las relaciones con Estados Unidos.

Los Tomahawk, unos misiles de crucero de gran precisión que pueden ser lanzados desde submarinos, buques, superbombarderos y plataformas terrestres, están en el centro de la conversación desde que el presidente estadounidense, Donald Trump, sugiriera hacer entrega de ellos a Ucrania, que lleva mucho tiempo solicitándolos para mejorar su capacidad de ataque de larga distancia.

“Para ser sincero, quizás tenga que hablar con Rusia sobre los Tomahawk. ¿Quieren tener misiles Tomahawk dirigiéndose hacia ellos? No lo creo”, lanzó el pasado domingo Trump, quien este viernes volverá a abrir las puertas de la Casa Blanca a su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski.

Media tonelada de explosivos

Estados Unidos ha usado en más de 2.000 ocasiones estos misiles, en conflictos como las guerras de Irak, Libia, Afganistán, la antigua Yugoslavia y más recientemente, en Siria.

Con una longitud de 6,25 metros con el propulsor y una envergadura de 2,6 metros, los Tomahawk pesan alrededor de 1.400 kilogramos y fueron diseñados en los años setenta.

Su alcance máximo, dependiendo del modelo (existen cinco), es de más de dos mil kilómetros y su velocidad, subsónica, es de 880 kilómetros por hora a una altura baja para no ser detectado por los radares.

En sus ojivas, la parte delantera de los cohetes en las que se aloja el explosivo, suelen llevar hasta media tonelada de detonante.

Mejoras desde la guerra del Golfo

Existen varias modalidades operativas, incluyendo las convencionales con carga explosiva, las de fragmentación, las antibúnker y las tácticas con capacidad de reprogramación en vuelo mediante comunicaciones satelitales, lo que permite cambiar objetivos o recibir información en tiempo real durante el ataque.

El sistema Tomahawk se conforma de varias componentes: el misil propiamente dicho, el centro de planificación y el sistema de control de navegación. Su mecanismo de navegación está dotado de un receptor de Sistema de Posicionamiento Global (GPS) para ser guiado hasta su objetivo.

Desde la guerra del Golfo, al principio de los años 90, han sido mejorados en cada versión y, según su fabricante, es el misil de crucero más avanzado del mundo.

Fueron clave en aquella guerra que lideró Estados Unidos contra Irak en la denominada operación Tormenta del Desierto, y luego fueron empleados durante las operaciones militares de la OTAN contra el gobierno del líder libio Muamar Gadafi en 2011.

El Pentágono los usó también en octubre de 2016 en un ataque desde el Mar Rojo en el que bombardeó instalaciones en Yemen.

En abril de 2017, durante su primera presidencia, el presidente Trump ordenó atacar la base aérea siria de Al Shayrat en respuesta al supuesto uso de armas químicas por parte del Gobierno de Bashar al Asad.

En la reunión Trump Zelenski

Los Tomahawk saldrán a relucir en la conversación entre Trump y Zelenski, que, por su parte, ya se ha reunido en Washington con representantes de las empresas armamentísticas estadounidenses que producen tecnologías militares como los citados misiles.

Pero Trump, que busca el fin de la guerra entre Rusia y Ucrania tras haber propiciado un alto el fuego en la Franja de Gaza, no hablará solo con Zelenski de los Tomahawk: también serán un asunto que se pondrá encima de la mesa en Budapest (Hungría), donde el presidente republicano se reunirá próximamente con Vladímir Putin para negociar el fin del conflicto que empezó en febrero de 2022.

Ambos concertaron el encuentro en una conversación telefónica que se produjo ayer, durante la cual Putin remarcó que “los Tomahawk no cambiarán la situación en el campo de batalla, pero dañarán considerablemente” las relaciones entre Rusia y Estados Unidos.

“Rusia considerará ese paso, si se lleva a cabo, como hostil”, dijo este mismo viernes Serguéi Narishkin, director del Servicio de Espionaje Exteriores de Rusia, ante la posibilidad de que Estados Unidos entregue misiles a Ucrania.

Fuente: EFE

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