29 abr. 2024

Los gobiernos paralelos

En el país confluyen dos agendas paralelas, dos gobiernos con objetivos distintos y ambos usan al Estado y sus instituciones.

La primera agenda es la de Santiago Peña, quien como presidente tiene sus objetivos propios de gobierno. Administra los bienes y gestiona proyectos tanto de impacto nacional como de relaciones internacionales.

La segunda, la de Horacio Cartes, con objetivos políticos y económicos personales, en este momento basados principalmente en limpiar su imagen y desmontar las denuncias que le valieron la apertura de investigaciones en la Fiscalía y sanciones de los Estados Unidos, que lo designó como significativamente corrupto.

Sin embargo, estas agendas no se molestan, aunque se cruzan, porque están perfectamente coordinadas. Si bien los problemas de Cartes con diferentes sectores generan un desgaste de gobernabilidad, Peña ya sabe a qué jugar.

Cartes tiene todos los puntos estratégicos cubiertos con sus actores de confianza, y desde esa posición lanza sus ataques. En esta agenda, se confrontó con la prensa, lo que generó la reacción hasta de Estados Unidos.

Le siguieron el fiscal general Emiliano Rolón y el mismo Peña, ambos desmarcándose de Pedro Ovelar y defendiendo la libertad del periodismo.

Todo esto luego de que el abogado de Cartes advirtiera que los periodistas serían llamados a declarar por publicaciones contra el empresario sobre datos que se filtraron en el Gobierno anterior y que lo vinculaban con el lavado de dinero.

Mientras Cartes es tildado hasta de dictador, la agenda de Peña se congracia con la comunidad internacional defendiendo la democracia, la libre expresión y los derechos fundamentales, incluyendo el cuidado del medio ambiente.

En su último viaje a Argentina, Peña dijo a un medio que el país está muy avanzado en su lucha y legislación contra el lavado de activos y otros delitos de corrupción pública.

Peña es la cara agradable y conciliadora mientras atrás suyo su mentor político desató la guerra en revancha contra sus adversarios, pero sobre todo para limpiar su nombre.

La denuncia de Cartes es principalmente contra Mario Abdo, quien fue imputado junto con otros ocho funcionarios de su gobierno por las filtraciones de datos.

Cartes se afianzó tomando como presidente del Partido Colorado el diseño de la estructura estatal al mismo tiempo que ubicó a todos sus aliados en puestos clave, como es el caso de Alicia Pucheta en el Consejo de la Magistratura y otros actores en el Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados y la Corte Suprema. Posteriormente, con todo el aparato de la Fiscalía a su favor, dio el golpe final, la imputación contra el ex presidente.

La evidencia más notoria de un armado de la causa fue el intercambio de conversaciones por WhatsApp filtradas entre el fiscal Aldo Cantero y el abogado Pedro Ovelar, quien daba instrucciones al agente.

Ovelar y Peña comparten con frecuencia por ser ambos miembros del Comando Nacional, es imposible no estar al tanto de la agenda de impacto de su líder.

El presidente en tanto debe sortear todos los golpes políticos que desgantan su camino a sus objetivos, pero, al menos, bien enterado.

Más contenido de esta sección