También se sumará por videoconferencia el presidente ruso Vladimir Putin, bajo un mandato de arresto de la Corte Penal Internacional que, en teoría, Sudáfrica debe acatar. Su ministro de Relaciones Exteriores, Serguéi Lavrov, viajará en su lugar a Johannesburgo.
Los BRICS, formado por las mayores potencias emergentes, con miles de millones de habitantes, consideran que el orden mundial está al servicio de los intereses de las ricas potencias occidentales y que eso debe cambiar.
“El sistema tradicional de gobernanza mundial se ha vuelto disfuncional, deficiente y carece de acciones”, declaró el embajador chino en Sudáfrica, Chen Xiaodong.
Los BRICS “se están convirtiendo cada vez más en una fuerza incondicional en defensa de la justicia internacional”, añadió.
El bloque, pese a las grandes disparidades entre sus cinco miembros, genera un interés creciente.
Al menos 40 países han expresado su deseo de unirse al club y 23 de ellos ya presentaron formalmente su solicitud de adhesión.
CONTRAPUNTO. Según el embajador de Sudáfrica para Asia y los BRICS, Anil Sooklal, ese interés se explica por el “mundo muy polarizado en el que vivimos, que se ha polarizado aún más por la crisis entre Rusia y Ucrania y en el que los países se ven obligados a tomar partido”.
“Los países del Sur no quieren que les digan a quién apoyar, cómo comportarse y cómo encargarse de sus asuntos soberanos. Ahora son lo bastante fuertes como para hacer valer sus respectivas posiciones”, dijo Sooklal a la AFP.
Por ello, agregó, los BRICS se han convertido en una esperanza para los países que buscan reestructurar la “arquitectura” mundial.
Lebogang Legodi, profesor de política internacional en la Universidad de Limpopo, coincide en que muchos países que buscan adherir al grupo “ven a los BRICS como una alternativa a la hegemonía actual”.
En una muestra de interés por la agrupación, otros 50 líderes asistirán durante la cumbre a un programa llamado “amigos de los BRICS”.
La reunión de este año coincide con “un punto de inflexión crítico”, afirmó Steven Gruzd, del proyecto África-Rusia del Instituto Sudafricano de Relaciones Internacionales.
“El actual sistema multilateral está bajo presión”, subrayó.
La decisión de sumar nuevos miembros a los BRICS se tomará al final de la cumbre, según Sooklal.
EXCEPTICISMO. Los expertos que siguen de cerca a los BRICS no se muestran tan optimistas sobre los resultados de la cita.
“No creo que esta cumbre arroje resultados tan espectaculares porque el poder sigue estando en manos de los países occidentales. China está creciendo, pero aún no es la potencia dominante”, apuntó Gruzd, del Instituto Sudafricano de Relaciones Internacionales.
Brasil, Rusia, India y China crearon en 2006 el grupo BRIC y tuvieron su primera cumbre en la ciudad rusa de Ekaterimburgo en 2009.
En 2010, Sudáfrica se unió al bloque añadiendo la letra S al acrónimo, acuñado en 2001 por el economista de Goldman Sachs Jim O’Neil.
Aunque los BRICS nacieron para promover la cooperación comercial y económica entre ellos, su pujanza en los últimos tiempos ha hecho que algunos expertos vean al club como un desafío a la hegemonía de Occidente en un mundo cada vez más multipolar.
El grupo representa más del 42% de la población mundial y el 30% del territorio del planeta, así como el 23% del producto interior bruto (PIB) y el 18% del comercio global.