Una contundente crítica a la situación socioeconómica y a la gestión de las autoridades legislativas que se ‘‘autoasignan sueldos y sobresueldos’’, mientras especulan con los jubilados y frustran a la juventud preparada privilegiando a los nepobabies fueron los ejes principales de la extensa carta al pueblo paraguayo que compartió ayer monseñor Ricardo Valenzuela, obispo de Caacupé.
Esto tras la prédica de la misa central de la Solemnidad de la Inmaculada Concepción de María, Virgen de los Milagros de Caacupé, que tuvo como tema: ‘‘Testigos de la esperanza con la Virgen María y los santos’’. La fiesta convocó a miles de fieles que peregrinaron a pesar de la lluvia. El gran vacío fue dejado por las autoridades nacionales, que no participaron de la eucaristía.
El obispo empezó destacando logros de los paraguayos y paraguayas, especialmente de los jóvenes durante todo el 2024, señalando que hay talento y perseverancia, pero muchas veces no existe voluntad ni gestión ni políticas públicas de impulso y mucho menos liderazgo para engrandecer nuestra nación.
‘‘Nuestros jóvenes’’ –dijo– acusan el golpe de las frustraciones y sufren las consecuencias de los privilegios inmerecidamente otorgados a quienes acceden fácilmente a lugares que deberían estar destinados a personas capacitadas o especializadas para ello, haciendo referencia a los nepobabies, nepobachilleres.
‘‘Demasiado tiempo y recursos se desperdician por la codicia de pocas personas’’ o familias que “se turnan para hacer girar la rueda de la fortuna y volverse ricos, sin esfuerzo alguno, teniendo como fuente, los recursos del Estado”, apuntó.
Ante este escándalo que salpica a autoridades legislativas, desde la Presidencia del propio Congreso, Valenzuela pidió a los jóvenes no caer sin luchar frente a estas prácticas ‘‘tan desalentadoras de premiar la lealtad antes que la capacitación, el amiguismo antes que el estudio y el diploma’’. ‘‘Sean protagonistas del porvenir’’.
Primeramente, en su prédica, monseñor Valenzuela dedicó palabras a los gobernantes, parlamentarios y políticos para que reflexionen sobre “Amar al prójimo como a sí mismo” y que en ocasión del próximo Jubileo vivan el compromiso político en la gestión desinteresada y transparente del poder.
Posteriormente, el obispo profundizó más en su carta sobre la realidad nacional y destacó, por ejemplo, que el Gobierno haya logrado alcanzar el grado de inversión. Sin embargo, Valenzuela dijo que es crucial que esto genere un impacto positivo en el ámbito social, ofreciendo mejores oportunidades de ingresos y mejorando los servicios públicos de salud y educación para la población, especialmente para niños y adolescentes.
Entre sus cuestionamientos y el aplauso seguido de la feligresía, el prelado se refirió a la falta de un sistema de transporte y energía eficiente y lamentó el abandono de los ancianos, el trato deshonroso, de menoscabo y desmedro a los jubilados (Ver infografía pág. 3).
Recordó a los secuestrados Edelio Morínigo, Óscar Denis y otros, preguntándose si es posible lograr paz bajo condiciones de secuestros impunes. Señaló que la violencia del narcotráfico afecta la vida cotidiana, dejando a padres impotentes ante la influencia de las bandas delictivas. ‘‘No podemos permitir que se imponga una sociedad sonámbula, sin esperanza, sin futuro a causa de las drogas’’.