La soprano argentina Virginia Tola ofreció el pasado miércoles 5, una presentación memorable en el escenario del Teatro Municipal Ignacio A. Pane, acompañada por la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN) bajo la dirección de la maestra María de la Paz Diez Pérez. Fue una velada de excelencia artística y profunda conexión emocional con el público, que colmó el auditorio para presenciar a una de las voces más reconocidas del mundo lírico.
Ganadora del Concurso Reina Sonja de Oslo y del Operalia de Plácido Domingo, Tola ha brillado en escenarios como el Teatro Real de Madrid, la Washington National Opera y el Teatro Colón de Buenos Aires. Su paso por Asunción confirmó por qué su nombre es sinónimo de técnica impecable, sensibilidad interpretativa y carisma escénico.
Gran repertorio y emociones
El programa de la noche ofreció un recorrido por algunas de las páginas más célebres del repertorio operístico. La OSN abrió con el Intermezzo de Cavalleria Rusticana, de Pietro Mascagni, seguida por la primera intervención de la solista con un conmovedor Ave María, de Verdi. Luego, llegaron momentos de intensa emoción con In quelle trine morbide, de Manon Lescaut (Puccini), el aria Měsíčku na nebi hlubokém de Rusalka (Dvořák) y la brillante coloratura de Oh Dieu! Que de bijoux!, de Fausto (Gounod).
El repertorio también incluyó piezas instrumentales de gran fuerza orquestal –como el Bacchanale de Sansón y Dalila y la Conga del fuego nuevo de Arturo Márquez–, que permitieron lucir la solidez técnica y expresiva de la OSN, celebrando además sus 21 años de existencia como la sinfónica del Estado paraguayo.
En la segunda parte, Virginia Tola mostró su versatilidad al abordar obras de zarzuela y música popular, como De España vengo, de El niño judío (Pablo Luna) y Contigo en la distancia (César Portillo de la Luz), donde su voz cálida y cercana conquistó definitivamente al público.
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El punto culminante llegó con la interpretación de la canción paraguaya Recuerdos de Ypacaraí, que la artista confesó que le conmovió profundamente al conocer su historia. Entre lágrimas, invitó al público a entonarla junto a ella, generando un momento de unión y emoción colectiva que quedará grabado en la memoria de los presentes.
Con esta actuación, Virginia Tola no solo reafirmó su jerarquía internacional, sino que también dejó una huella de ternura y respeto hacia la cultura paraguaya. Una noche en que la ópera y el corazón latinoamericano se encontraron en perfecta armonía para aplaudir de pie una noble causa y juntar fondos para la Fundación Florencia para seguir ayudando a los niños con problemas auditivos.
Cabe mencionar que la artista lució dos diseños exclusivos del diseñador nacional Carlos Burro, uno en blanco y negro; y otro en tono verde, destacando su figura, belleza y elegancia.