El doctor Pablo Lemir, quien lleva adelante la autopsia, dio algunos detalles de lo que encontraron hasta ahora con base en análisis.
“Murió de una asfixia causada por un edema agudo de pulmón, el cual aparentemente tuvo un origen en un problema cardiaco. Todos los elementos hacen presuponer que se trata de un abandono terapéutico”.
Agregó que en caso de no seguir el tratamiento, puede presentarse un rechazo agudo al trasplante. Esto último puede verse en la autopsia.
Liz debió haberse realizado una angiotomografía de las arterias coronarias. En dos oportunidades llegó a tener turno disponible, pero no asistió.
“Probablemente, había ya un problema familiar que no está en mi función explorar. Pero ella no acudía a las citas y las consultas periódicas que debía realizar”, agregó.
El caso. Liz Insfrán había sido la primera niña en el sistema público en recibir un trasplante de corazón. En ese entonces, tenía siete años.
Su causa fue a nivel nacional, había recordado la doctora Nancy Garay, responsable del área de Cardiología del Hospital Acosta Ñu. En dicho centro asistencial, la entonces niña había recibido el órgano.
A Liz le habían construido una casa a cinco cuadras del hospital para poder asistir a la consulta y controles posoperatorios.
La joven vivía con su abuela y hace tres años se mudó con su pareja. Desde ese entonces, empezó a ser inconstante en sus visitas al médico.
Los profesionales que la trataban la buscaron afanosamente para que no abandonase su tratamiento. Cuando la encontraron, volvieron a insistirle, también a su pareja, que debía de continuar con su medicación.