George W. Bush es de esa clase de personas que de tan estúpidas que son te resultan simpáticas, hasta que los comenzás a sufrir y empezás a cambiar radicalmente de opinión.
En los últimos ocho años, el presidente de los EEUU ha legado a la posteridad frases célebres que ponen a Mario Abdo Benítez a la altura de un filósofo.
Acá van algunos ejemplos de tan preclara mente:
* “Nuestros enemigos son innovadores e ingeniosos y nosotros también. Nunca paran de pensar en nuevas formas de dañar a nuestro país y a nuestra gente, y nosotros tampoco”.
* “Estoy convencido de que los seres humanos y los peces seremos capaces de coexistir pacíficamente”.
* “Hay un refrán en Tennesse... sé que existe en Texas... debe de existir en Tennesse: engáñame una vez... avergüénzame... bueno lo que significa es si me engañas una vez no me engañarás dos”.
* “Siento un gran honor por poder estrechar la mano del valiente ciudadano iraquí al que Saddam Hussein le amputó la mano”.
* “Muchísimos doctores buenos se están quedando sin trabajo. Muchísimos ginecólogos no pueden practicar su amor con las mujeres en todo el país”.
* “Muchas de nuestras importaciones vienen de ultramar”.
* “He hablado con Vicente Fox, el nuevo presidente de México, para tener petróleo que enviar a Estados Unidos. Así no dependeremos del petróleo extranjero”.
* “Un número bajo de votantes es una indicación de que menos personas están yendo a votar”.
* “Si no ganamos la guerra, corremos el riesgo de fracasar”.
* “Francamente, los profesores son la única profesión que enseña a los niños”.
* “Pienso que si usted sabe lo que cree, será mucho más fácil responder a su pregunta. No puedo responder a su pregunta”.
* “Tendré una política exterior dirigida por el exterior”.
Por suerte, en el Paraguay tuvimos últimamente un presidente periodista y filósofo.
Claro que mostró otros defectos más redituables... para él.