Que la Contraloría solicite la intervención de Asunción no sorprende. Ya en julio del año pasado informó sobre la administración escandalosa de Rodríguez al señalar que manejó de manera ilegal los fondos provenientes de los bonos que fueron emitidos para obras. Las cifras (500 mil millones), impactantes. Pero esa vez no pidió la intervención.
Entonces, Honor Colorado salió con fuerza en defensa de Nenecho, incluido un condicionamiento expresado por el poderoso senador Bachi Núñez: “Si ellos piden la intervención de Asunción, yo pido la intervención de Ciudad del Este”, marcó con letra escarlata a Prieto, a quien hace tiempo busca desestabilizar. Lo dijo en setiembre. Bachi lo pidió y así sucedió. Ocho meses después, la Contraloría solicitó la intervención de ambos municipios.
El organismo fiscalizador defiende la solicitud simultánea: Un opositor y un cartista, pero la restricción expresada por Núñez debilita la acción a la Contraloría que se vio obligada a entregar en bandeja de plata dos cabezas para evitarse problemas políticos.
La corrupción, las irregularidades administrativas, las desprolijidades con las que los intendentes manejan fondos públicos son una realidad irrefutable. Si la Contraloría iniciara una acción masiva de fiscalización, probablemente pocos quedarían en pie.
¿Por qué entonces generó tanta polémica su decisión?
La Contraloría defiende su auditoría, pero eso no obsta que la decisión no tenga alto contenido político. La decisión resuelve piedras en el zapato del cartismo. De hecho, la cúpula oficialista ya no defiende a Nenecho con los bríos de antes, no solo por su desastrosa administración que convirtió a Asunción en una ciudad sucia y fantasmagórica, sino por su actitud cuasi adolescente que refleja en sus redes sociales rayando el desequilibrio. Pero la ANR no va a entregar gratis la cabeza de uno de los suyos. Quiere aprovechar esta situación adversa para lograr un beneficio colateral. Los oficialistas se concentraron en atacar al jefe comunal esteño porque es el político con mayor potencial de la oposición. De hecho, es precandidato presidencial del 2028 y su movimiento se consolidó en Ciudad del Este para instalar un heredero en la Comuna, en las elecciones del 2026.
La intervención es la crónica de una muerte anunciada para Prieto, quien está totalmente desarmado porque el cartismo controla Diputados. En cuanto a Rodríguez, está por verse si no forma parte de una puesta en escena para fulminar a la oposición o si le soltaron realmente la mano. Se conocerá cuando los diputados decidan su destino. Aquí hay varios escenarios. Desde su renuncia hasta su destitución, y posterior blindaje judicial o no.
Con este combo de la Contraloría, el oficialismo tendió una trampa perfecta a la oposición, a la que acusa de actuar con doble vara moral cuando se trata de uno de los suyos. “Si los dos son corruptos, los dos deben irse”, señalan en pose ética.
Mientras en la ANR hay tibio apoyo a Nenecho, la oposición decidió encolumnarse en torno a Prieto. El Directorio liberal encomendó a sus diputados iniciar el juicio político al contralor Camilo Benítez “por prestarse a usar la intervención como herramienta para aniquilar a la oposición”. También decidió acompañar las movilizaciones en defensa del intendente de Ciudad del Este, quien hoy mostrará su capacidad de convocatoria.
OTRA TRAMPA. En política el escenario es cambiante. Mientras el oficialismo se emborrachaba con la decisión de la Contraloría, la semana termina con la fulminante y vergonzosa caída de una figura política en ascenso: El viceministro de Educación, Federico Mora.
El Gobierno se deshizo de él sin poder explicar su destitución y quedó atrapado en el silencio por la inconfesable situación que involucra al ex viceministro y que riñe con la hipócrita armadura moral con la que pretenden esconder sus vilezas.