El operativo, desplegado por un equipo táctico del Departamento de Investigación Antidrogas, se desarrolló en la comunidad indígena Tapyi Kue, de la compañía Isla Alta, en Colonia Naranjito, Departamento de San Pedro.
Durante las incursiones, los intervinientes incautaron el vehículo que era utilizado para mover la carga ilícita y hallaron en el campamento 1.000 kilos, distribuidos en dos fases de procesamiento, parte lista y prensada, y marihuana picada.
En el campamento se constató la existencia de un centro de producción totalmente operativo, donde se empleaba mano de obra indígena.
Además, el lugar estaba equipado con prensas artesanales, gatos hidráulicos, guillotinas de corte y otras herramientas rústicas, pero eficientes para el procesamiento de grandes volúmenes de marihuana.
Para la Senad, las evidencias apuntan a una estructura que operaba de manera sostenida y con capacidad de abastecer a redes criminales mayores.
Al momento de la intervención, el campamento fue abandonado por sus ocupantes, lo que sugiere un sistema de alerta temprana habitual en enclaves manejados por organizaciones dedicadas a la producción masiva.
Respecto al uso de miembros de la comunidad indígena, los intervinientes indicaron que el operativo vuelve a poner en relieve el problema de la utilización de mano de obra indígena por parte de esquemas del narcotráfico, que aprovechan la vulnerabilidad social de estas comunidades.