14 ago. 2025

Joven paraguayo se gradúa como informático en la prestigiosa Harvard

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Logro. Guillermo culminó sus estudios en Estados Unidos.

Apasionado por la robótica y la electrónica, Guillermo Rodríguez Ramírez es un paraguayo que recientemente lanzó el birrete al aire graduándose de informático de la prestigiosa Universidad de Harvard, Estados Unidos.

Asunceno de nacimiento, este joven de 22 años creció en Fernando de la Mora, en donde descubrió siendo un niño su amor por la electrónica, cuando su madre lo inscribió en clases de robótica, una acción que sentó las bases de su futura carrera en Ciencias de la Computación o Computer Science, en la Escuela de Ingeniería de la centenaria casa de estudios norteamericana.

‘‘Desde muy chico, en casa, me encantaba con mi mamá y papá intentar arreglar cosas que dejaron de funcionar; armaba y desarmaba cosas sin entender bien lo que hacía, pero así mi mamá decidió llevarme a clases de robótica’’, recuerda Guillermo. Esta pasión lo llevó a participar en Olimpiadas de Matemática de Omapa y competencias de robótica durante sus estudios en el Colegio Técnico Nacional (CTN), donde se graduó en 2019.

Con esta experiencia en el área STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, por sus siglas en inglés) decidió seguir lo que le apasiona, pero ya desde la universidad, y Harvard se convirtió en su destino académico. ‘‘Uno sabe antes de ir que se trata de una institución muy prestigiosa, pero es una experiencia muy diferente en persona’’, comenta Guillermo sobre su adaptación al ambiente académico y cultural de Harvard.

‘‘Es un shock cultural muy intenso, especialmente porque yo no tenía idea de cómo eran las cosas acá. Hay otros estudiantes que desde chicos más o menos están preparados para venir exclusivamente a Harvard’’.

Cuenta que en el campus siempre están superocupados y con muchísimas cosas adentro como afuera de las clases; ‘‘tuve que ajustarme a estar también siempre ocupado, y tratar de hacer tiempo para compartir con mis amigos, llamar a mi familia, y hacer mis deberes académicos’’.

A pesar de las exigencias, la universidad pone recursos para hacer pasar bien a todos y a esto le suma la gran la oportunidad de aprender de los mejores profesores del mundo, indica el informático. ‘‘Académicamente, es excelente, como uno espera’’.

Destaca el disfrute de poder tomar clases en áreas diversas fuera de su campo principal, lo que le permitió explorar intereses en ingeniería, diseño y humanidades.

En cuanto a sus planes, el recién egresado está considerando varias opciones laborales y académicas. ‘‘Aún estoy descubriendo qué me gustaría hacer en el futuro, pero sobre todo me gustaría trabajar en algo que ayude y brinde felicidad a otra gente y a mí mismo. Pienso que volver a hacer un Doctorado en algo diferente me va a ayudar a descubrir cosas nuevas que me interesan y me apasionan’’.

Dedicación

Llegar a Harvard es seguir un camino paso a paso. Guillermo explica que en su último año de colegio aplicó y lo aceptaron al programa Opportunity Funds de EducationUSA. Este programa cubrió los gastos del proceso de aplicación, la visa, y los pasajes una vez que lo aceptaron; también, la gente de EducationUSA le ayudó durante todo el proceso de aplicación a las universidades.

“Apliqué a unas cuantas universidades, y unas cuantas me aceptaron; entre esas estuvo Harvard. También tuve la suerte de recibir una beca completa de parte de ellos, ya que consideran tu capacidad financiera al momento de determinar tu ayuda financiera. Y así decidí ir a Harvard’’, dice.

Con la experiencia y sus primeros logros alcanzados, este compatriota informático alienta a los jóvenes que sueñan con estudiar en el extranjero: ‘‘Sean ustedes mismos y no tengan miedo de aplicar. La mejor forma de diferenciarse de otros aplicantes es mostrando sus pasiones e intereses en la aplicación. Cuando vengan, van a conocer muchísima gente de lugares y culturas muy diferentes; manténganse abiertos a aprender de todo, y así también todos van a estar emocionados de aprender de ustedes’’.

Finalmente, Guillermo expresa su inmensa gratitud a sus padres, Miguela Ramírez y Benicio Rodríguez, a su hermano Alejandro Rodríguez y a sus amigos por su apoyo durante estos años de estudios.

De chico participando en las Olimpiadas de Omapa solía escuchar de jóvenes que vienen a USA a hacer su carrera de grado, y así empecé a preguntar y ver cómo podía hacer también para venir. Guillermo Rodríguez, informático.

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