Me llamo Carlos Eusebio Cárdenas Bobadilla y tengo 60 años, soy oriundo de la ciudad de Alberdi, Departamento de Ñeembucú. Me dedico a vender artículos de cotillón y decoración con mi esposa y también soy músico, toco la guitarra, canto y soy compositor.
Mi infancia fue difícil porque vengo de una familia muy humilde. Mi papá era lanchero y tenía que mantener a toda la familia, vivíamos en nuestra casa con mamá y papá y diez hermanos, seis varones y cuatro mujeres. Él tenía una lancha de 30 pasajeros y traía turistas de Formosa a Alberdi.
Desde chico le ayudaba a papá en su trabajo, por ejemplo, ataba la lancha y le ayudaba a subir a los pasajeros, también mis otros hermanos varones ayudaban y mis hermanas se quedaban a apoyar a mamá con las tareas de la casa. Teníamos que ayudar a papá a la par que estudiábamos porque había muchos gastos en la casa y todos teníamos que estudiar.
Gracias a su esfuerzo todos pudimos estudiar. Mis padres querían que tengamos alguna profesión, pero con el correr de los tiempos íbamos pensando y haciendo otras cosas, nos casamos, formamos una familia y cada uno de los hermanos siguió un camino diferente.
Recuerdo que los momentos más duros que me tocaba vivir durante mi niñez eran cuando venía la creciente del río en Alberdi y no se podía hacer nada y no había trabajo. Realmente pasábamos mal en esos momentos porque teníamos que comer, entre otros gastos de la casa, pero afortunadamente nunca nos faltó nada.
Uno de los momentos más difíciles fue el fallecimiento de mi papá y luego de mi mamá. Estuve en depresión cuando tenía 37 años a causa de eso y recién en dos años me pude sentir mejor, pero gracias al apoyo de mi familia pude superar.
Tengo muy buenos recuerdos de mi papá, él era un señor muy recto y nos enseñó a tener valores y educación. Él era una persona muy creyente, no salía luego de la iglesia y me acuerdo que un pa’i era su mejor amigo y siempre nos inculcaba a hacer cosas buenas desde la niñez.
PASO POR LA MUSICA
Cuando tenía 12 años mi pasión por la música iba creciendo, constantemente escuchaba música, cantaba varias canciones debajo del árbol antes de ir a la escuela. Siempre me imaginaba que tenía varios instrumentos como guitarra o batería. Recuerdo que juntaba latas de leche y fingía que era una batería y empezaba a hacer ruido en horas de la siesta.
Siempre veía cómo los músicos cantaban y tenían su propia guitarra y yo también quería una, pero como éramos humildes era algo que no se me podía comprar. Fue así que un día se me ocurrió construir mi propia guitarra de madera con hilo de nylon, recuerdo que le puse de 4 a 5 cuerdas. Como andaba por el trabajo de mi papá, un día encontré un pedazo de madera viejo de pino, y se me ocurrió ahí colocarle el hilo de la liñada para pescar, porque el trozo de madera tenía unas cuantas ranuritas y luego yo corté con un serrucho para poder colocarle las cuerdas.
Uno de mis hermanos en aquel entonces vivía en Buenos Aires y una vez vino a pasar las fiestas de Navidad y Año Nuevo y él vio que yo estaba tocando la guitarra que había inventado. En ese momento me dijo: Me voy de nuevo, pero te voy a enviar algo me dijo y yo no sabía qué era. Luego de un año él volvió para pasar nuevamente las fiestas con la familia y me trajo una enorme sorpresa, mi primera guitarra. Ese momento realmente me marcó para entrar en el mundo musical.
Yo empecé en el mundo de la música siendo autodidacta porque que nadie me enseñó a tocar la guitarra, aprendí todo mirando. Por ejemplo, recuerdo que me iba a las fiestas que se hacían en la ciudad como el aniversario del Club Alberdi y le pedía permiso a papá para ir a mirar a los músicos. Era así que yo veía como los artistas colocaban la posición de la mano y sus dedos para tocar las distintas notas musicales.
Siempre me colocaba cerca del escenario para poder verles bien. Luego me iba a casa para practicar con mi guitarra y así fui aprendiendo y perfeccionando. Primero me dedicaba a la música como un hobby, luego la gente me decía que debía cobrar porque tenía talento y fue así que empecé a cantar en festivales.
Hasta ahora canto en el Festival del Karanda’y que se realiza todos los años en Alberdi porque gané un concurso de canto que abrió la Municipalidad para hacer una canción para el festival.
Anualmente canto esa canción que yo compuse en conjunto con otros artistas que contrata el Municipio. La canción comienza lenta al estilo de una balada, y luego va subiendo el ritmo a una polca. También cuando me invitan me voy a hacer presentaciones en las escuelas, incluso también voy en la ciudad de Formosa, Argentina cuando me invitan.
INSPIRACIÓN
Siempre fui un amante de la música romántica, pero uno de mis artistas predilectos siempre fue José Luis Perales. Realmente me encantan sus canciones y sentía mucha admiración por él y me inspiraba como artista. Cuando cantaba sus canciones en eventos, la gente me decía que tenía el registro de voz muy parecido a él.
Un día estaba con mi yerno y mi suegra viendo la tele y en ese momento mi yerno me dice: Don Carlos vamos a irnos me dijo y yo le dije ¿A dónde? Y me dijo para ir al casting del programa Yo Me Llamo Paraguay en Telefuturo, yo enseguida le dije que no, que a esta edad qué lo que iba a hacer por ahí. Me insistieron tanto que al final me convencieron y me animé.
Cuando me llamaron para hacer el primer casting se sorprendió toda la gente en la audición al escucharme. Les canté tres músicas y me sentí demasiado bien porque sentía que a todos les gustaba cómo le imitaba. Lastimosamente, no llegué a ingresar al programa por cuestiones de los jurados y ellos sabrán el por qué, pero yo estoy muy conforme porque me abrieron las puertas y gracias a eso más personas llegaron a mí y me felicitaron por mi presentación.
Me sentí muy orgulloso y no pensé que llegaría lejos y hasta ahora no puedo asimilar lo que está pasando. Uno de mis sueños más anhelados es que alguna vez un productor me contacte, que apueste por mí para recorrer el país para cantar y también enseñar. A nivel país creo que falta más apoyo a los jóvenes que están surgiendo en la música porque en Paraguay hay demasiado talento, el talento es un regalo que Dios nos da porque con el talento se nace, no se hace, y no hay que desperdiciarlo.