A causa de la pandemia por coronavirus y el confinamiento, la actividad física, a pesar de sus beneficios para la salud, fue restringida por las partículas que se expulsan como producto de la agitación al realizar los ejercicios. A raíz de ello, un estudio se centró en explorar la posibilidad de ejercitarse con mascarillas.
Fue así que una investigación, de la doctora Elisabetta Salvioni del Centro Cardiológico Monzino, IRCCS, Milán, Italia, del doctor Massimo Mapelli y del profesor Piergiuseppe Agostoni del Centro Cardiológico Monzino y la Universidad de Milán, demostró que el uso de una mascarilla protectora tiene solo un efecto modesto sobre la capacidad de las personas sanas para hacer ejercicio en forma intensa.
Los científicos realizaron pruebas detalladas sobre la respiración, la actividad cardiaca y el rendimiento del ejercicio en un grupo de 12 personas mientras usaban una bicicleta estática con y sin máscara.
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El informe señala que ninguno de sus resultados evidenciaron algún riesgo para la salud, lo que sugiere que las máscaras se pueden usar de manera segura durante el ejercicio intenso, para reducir la transmisión de Covid-19 entre las personas que se ejercitan dentro de un gimnasio por ejemplo.
“Sabemos que la principal vía de transmisión del coronavirus es a través de las gotitas en el aliento y es posible que respirar más fuerte durante el ejercicio pueda facilitar la transmisión, especialmente en interiores. Las investigaciones sugieren que usar una máscara puede ayudar a prevenir la propagación de la enfermedad, pero no hay evidencia clara sobre si las máscaras son seguras de usar durante el ejercicio vigoroso”, afirmó Salvioni.
A raíz de esto, los investigadores trabajaron con un grupo de voluntarios sanos compuesto por seis mujeres y seis hombres con una edad promedio de 40 años, informó el medio Infobae.
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Según los datos, cada persona participó en tres rondas de pruebas de ejercicio: una vez sin usar una máscara facial, una vez usando una mascarilla quirúrgica y una vez usando una máscara filtrante 2 o máscara FFP2.
Los voluntarios utilizaron una bicicleta estática, mientras los investigadores midieron su respiración, frecuencia cardiaca, presión arterial y los niveles de oxígeno en la sangre.
Los resultados de las pruebas mostraron que el uso de una mascarilla tuvo un pequeño efecto en los voluntarios. Se menciona que hubo una reducción promedio de alrededor del 10% en su capacidad para realizar ejercicio aeróbico.
Los resultados también indican que esta reducción probablemente se debió a que a los voluntarios les resultó un poco más difícil inhalar y exhalar a través de las máscaras.
“Esta reducción es modesta y, lo que es más importante, no sugiere un riesgo para las personas sanas que hacen ejercicio con una mascarilla facial, incluso cuando están trabajando a su máxima capacidad. Mientras esperamos a que más personas se vacunen contra la Covid -19, este hallazgo podría tener implicaciones prácticas en la vida diaria, por ejemplo, haciendo potencialmente más seguro abrir gimnasios bajo techo”, afirmó el doctor Mapelli.
Sin embargo, advirtió que no se debe asumir que lo mismo es para las personas con una afección cardiaca o pulmonar. “Necesitamos hacer más investigaciones para investigar esta cuestión”, señaló el experto.
Además, el equipo también está estudiando el impacto de usar una mascarilla mientras realiza actividades diarias, como subir escaleras o hacer tareas domésticas, en personas sanas y con afecciones cardiacas o pulmonares.