El ingeniero agrónomo Eli León, jefe de Operaciones y Mantenimiento de la Dirección de Áreas Silvestres Protegidas, fue uno de los técnicos del Mades que estuvo presente en la jornada del miércoles. En contacto con ÚH relató que el daño al ecosistema del lugar ya es visible.
DAÑO. León afirmó que los invasores producen un impacto al lugar con la canalización que existe que produce que se seque la zona del humedal. La función de este recurso natural es filtrar y cargar los ríos Paraguay y el Pilcomayo a través del riacho Confuso.
“También verificamos que hay unas 300 hectáreas aproximadamente de palmares tumbados para hacer pasturas. Es decir, un cambio del uso del suelo donde antes eran zonas de karanda’y hoy existen zonas de pasturas. Esto se nota por los restos de cogollos, cuando juntan en un lugar árboles para quemar y quedan restos que no consumieron las llamas. Los técnicos del Mades observaron esto al subir al tanque australiano que poseen los ocupantes ilegales.
INVASORES. Según los invasores, son en total unas 90 familias que residen en el lugar desde el año 2013, aunque esto no son datos oficiales.
“Ellos no quieren salir, quieren quedarse ahí. Hay una finca al costado de la ruta que ya tiene una ley de expropiación. Es una zona urbana, pero ellos no quieren ir ahí porque quieren producir, alegan que son productores”, expresó.
En el lugar existen como unas 2.000 cabezas de ganado; solo el líder de los invasores tiene unas 250 cabezas. Teniendo en cuenta que el valor promedio de cada cabeza de ganado ronda los G. 5 millones, el líder tiene en ganado la suma de G. 1.250 millones. Mientras que todos los invasores juntos tienen G. 10.000 millones (alrededor de USD 1,3 millones al cambio actual), solo en animales. Por esto, se presume que existen grupos económicos detrás de estas familias que están financiado la invasión. Ante la consulta de cómo financian todo esto, responden que se trata de “fondos comunitarios”.
En el lugar también se observa un tanque australiano para la provisión de agua cuyo valor en el mercado ronda los G. 1.500 millones. Sin contar con los depósitos de maquinarias que poseen y utilizan para la construcción de canales que están secando los humedales.