Miguel Ángel Gaspar
miguel.gaspar@tekhnos.com
Intentar una definición del término “inteligencia” debe pasar necesariamente por comprender uno de los aspectos humanos más estudiados de la historia y por el cual se han generado análisis que pueden agruparse en categorías tales como filosóficas, pragmáticas, factoriales y operacionales.
Por una parte, la inteligencia se define como la facultad de la mente que le permite al ser humano poder analizar, resolver, comparar, decidir y planificar la resolución de problemas. Por otra parte, en una evolución del concepto, agregamos al hecho de manejar una problemática, la capacidad de pensar en forma abstracta, comprender ideas complejas y aprender de la experiencia.
Ahora bien, ¿cómo volvemos todo eso “artificial”?
Esta revolución de aplicaciones y softwares que nos ofrece herramientas capaces de desarrollar códigos de programa, sitios webs, tesis doctorales, convertir texto a video o hacer que el papa Francisco aparezca en una fotografía paseando sobre una moto, tiene su origen en noviembre del 2022 con ChatGPT, un chatbot de inteligencia artificial desarrollado por la empresa OpenAI que se especializa en el diálogo, siendo un modelo de lenguaje ajustado con técnicas de aprendizaje, tanto supervisadas como de refuerzo, pero en realidad hace más de 25 años que estamos usando, a veces sin saberlo, lo que llamamos “inteligencia artificial”.
Esto se inicia allá por los años 1940, cuando comienza a vislumbrarse el concepto de la computación, de la mano de la teoría algorítmica, la matemática y la lógica. Luego, cuando Norbert Wiener desarrolla en 1948 lo que conocemos como “cibernética”, sienta las bases para los sistemas binarios, almacenables, digitales y que necesitan entender a cabalidad la forma de comunicación de los sistemas vivos; en otras palabras, recolectan y procesan información, la almacenan y generan modelos mecánicos o digitales que pueden servir al ser humano.
En esta misma época tenemos a Alan Turing, diseñador del test que lleva su nombre y que, básicamente establecía que, cuando una persona, ante un requerimiento, no podía distinguir si quien le contestó fue una máquina o fue otra persona (con el razonamiento de un niño hasta 13 años), esa máquina había pasado su test.
La inteligencia artificial (IA) es un campo de estudio de la informática que se centra en la creación de sistemas capaces de realizar tareas que normalmente requieren de la inteligencia humana, o emularla. Estas tareas pueden incluir el aprendizaje, el razonamiento, la resolución de problemas, la percepción y el uso del lenguaje.
El término “inteligencia artificial” (artificial intelligence) fue acuñado por John McCarthy en 1956 durante la Conferencia de Dartmouth, un evento histórico que reunió a algunos de los mejores científicos de la época para discutir la posibilidad de crear una máquina que pudiera pensar como un ser humano.
LA IA PUEDE SER CLASIFICADA EN DOS TIPOS PRINCIPALES:
1. IA débil: está diseñada para realizar una tarea específica, como el reconocimiento de voz. Este tipo de IA opera bajo un conjunto limitado de restricciones y no posee la capacidad de entender o aprender cualquier concepto más allá de su campo de funcionamiento.
2. IA fuerte: posee características de la inteligencia humana, como la capacidad de entender, razonar, aprender y adaptarse a nuevas situaciones. Este tipo de IA puede aplicar el conocimiento aprendido en un área a otras áreas diferentes. Es importante mencionar que, hasta ahora, solo la IA débil ha sido implementada con éxito en diversas aplicaciones, mientras que la IA fuerte sigue siendo un concepto teórico. (Texto redactado asistido con Microsoft Copilot).
La inteligencia artificial utiliza algoritmos y modelos matemáticos para procesar grandes cantidades de datos y tomar decisiones basadas en patrones y reglas establecidas a través del aprendizaje automático, que es la capacidad de una máquina para aprender de forma autónoma a partir de datos sin ser programada específicamente para hacerlo. De esta manera, la IA puede mejorar su precisión y eficiencia con el tiempo. (Instituto Nacional de Ciberseguridad, España).
Entonces, más allá del impacto de ChatGPT, Gemini, Sora, Dall-e, Midjourney, Claude, Llama, venimos usando IA hace varios años, a la vez que alimentando monstruosas bases de datos que, a su vez, les dieron origen. Traductores en líneas, sensores de auto, instrumentos de navegación, maquinaria de salud, implementos agrícolas, por años hemos estado conviviendo con la IA sin conocer a fondo de qué se trataba.
Ahora bien, ¿todo es positivo? No, definitivamente no. Estas nuevas herramientas de IA han ocasionado que el perfil de la cibercriminalidad cambie, sea más experto, aprenda, mejore y peor aún, que criminales menos sofisticados tengan acceso a aplicaciones para delinquir que pueden hacer mucho daño. Desde la suplantación de identidad hasta que un cibercriminal pueda poner una aplicación de IA de forma subrepticia a aprender de nuestras defensas para poder vulnerarlas, vamos a ver aún mucho riesgo cibernético nuevo.
Hace un mes, engañaban a un contador que, reunido según él con tres de sus jefes en forma remota, autorizaba un desembolso millonario cuando en la realidad sus tres jefes en reunión virtual eran un montaje de cibercriminales que los sintetizaron en videos y le hicieron creer al contador que eran personas de carne y hueso dando órdenes.
Artistas que hallan que sus obras son tomadas para generar nuevas obras, musicales, plásticas, incluso literarias, o personas que ven sus voces sintetizadas perfectamente a la vez que son señaladas de decir cosas que jamás dijeron.
Ante esto, por primera vez en la historia, la Unión Europea promulgó una ley para regular la IA y eso va a traer muchos cambios porque varios países están tomando ese rumbo.
En Paraguay necesitamos primero una ley de protección de datos personales, luego un ente rector que sea capaz de hacer cumplir esa ley defendiendo a sus ciudadanos y luego empezar a pensar en las incidencias de la IA en la soberanía digital del país.
CAMINO A SEGUIR
Es urgente trazar un rumbo tecnológico que incluya temas como interconectividad, avanzar (o comenzar) con la agenda digital, asegurar la soberanía digital, atender las ciberadicciones, tomar una postura con respecto al Blockchain, los criptoactivos, establecer un comando de ciberdefensa, proteger las decenas de puestos fronterizos inseguros y desconectado, prepararse para una guerra cibernética, para ciberataques más precisos y dañinos, rediseñar los contenidos curriculares para tratar estos temas desde las escuelas y, por supuesto, tener políticas de Estado para el desarrollo de la inteligencia artificial.
En un país donde abundan las malas prácticas en seguridad de la información, ciberseguridad y protección de datos personales, es importante entender que ha entrado un nuevo actor que puede ser un dios o un demonio, dependiendo de cómo estemos preparados. La inteligencia artificial llegó para ser parte de nuestras vidas, y no sé si dejará sin trabajo a las personas, pero sí estoy seguro de que quien no la incorpore a sus habilidades, va a tener muchas menos oportunidades en todo.
Compartí con mis herramientas de IA ChatGPT, Claude y Copilot este artículo y les pedí un cierre, coincidiendo todas en esto: “En conclusión, la inteligencia artificial, como cualquier herramienta poderosa, tiene el potencial de ser tanto un beneficio como un peligro. Su impacto depende en gran medida de cómo la humanidad decida utilizarla. Con una regulación cuidadosa y un enfoque ético, podemos asegurarnos de que la IA sea una fuerza para el bien, abriendo nuevas posibilidades y mejorando la calidad de vida en lugar de ser una amenaza. La clave está en nuestras manos”.
GRAGEAS TECNOLÓGICAS
20 años de Gmail. Hace 20 años Yahoo! y Microsoft solo podían almacenar entre treinta y sesenta correos electrónicos gratis y Gmail prometió almacenar alrededor de 13.500 correos electrónicos, ofreciendo un giga de almacenamiento. Ahora ofrece 15 GB de almacenamiento compartido entre Gmail, Google Drive y Google Fotos. El lanzamiento de esta revolucionaria plataforma que fue desarrollada por el equipo de Paul Buchheit coincidió con la celebración del Día de los Inocentes, que en Estados Unidos se celebra el 1 de abril, por eso al leer el anuncio de la compañía muchos creyeron que se trataba de una broma.
Robotaxi. Tesla presentará su vehículo el próximo 8 de agosto, anunció el presidente de la compañía, Elon Musk, en su cuenta de X. Musk no dio detalles del
vehículo, del que ha estado hablando desde hace años. El anuncio se produce días después de que Tesla revelase que sus ventas en el tercer trimestre del año cayeron un 8,5%. Desde el inicio del año, Tesla también ha perdido alrededor de 274.000 millones de dólares, un tercio de su valor.
IA será etiquetada. El gigante estadounidense Meta, casa matriz de Facebook, Instagram y Threads, anunció que identificará cualquier contenido de imagen o audio generado por inteligencia artificial (IA) para reforzar la lucha contra la desinformación. “Prevemos empezar a etiquetar en mayo de 2024 contenido generado por IA”, indicó en su blog Monika Bickert, vicepresidenta de contenido de Meta, añadiendo que la mención “Made with AI”, que ya se usa en imágenes fotorrealistas, se aplicaría en adelante a “un mayor número de contenidos de video, audio y de imágenes”. Estos contenidos serán marcados por la plataforma si detecta “indicadores de imagen de IA conformes a las normas de la industria” o si “las personas indican que están subiendo contenidos generados por IA”.
IA para la guerra. Dos medios de comunicación israelíes acusaron a Israel de utilizar inteligencia artificial (IA) para identificar y atacar objetivos en Gaza, causando un gran número de víctimas civiles, unas afirmaciones que llevaron al secretario general de la ONU a afirmar: “Estoy profundamente preocupado por las informaciones según las cuales la campaña de bombardeos del ejército israelí incluye la inteligencia artificial para identificar objetivos, en zonas residenciales... lo que provoca un elevado número de víctimas civiles”, declaró Antonio Guterres . “Ninguna parte de las decisiones de vida o muerte que tienen un impacto en familias enteras debería delegarse al frío cálculo de los algoritmos”, insistió.
Nuevos influencers. La inteligencia artificial (IA) está llegando a todos los sectores, también al de las relaciones públicas, que ven en ella unas ventajas económicas innegables. Por ello, algunas han comenzado a utilizar influencers creados con esa tecnología. Uno de ellos ya tienen más de dos millones de seguidores en Instagram. Lil Miquela, con 2,6 millones de seguidores.