Alcides Manena | Alto Paraguay
El cónsul paraguayo en Puerto Murtinho, César Fiori, dijo que los dos indígenas se encuentran bien y que incluso ya se comunicaron con sus familiares. Se trata de Carlos Franco Rivarola y Carlos Agustín González, ambos mayores de edad y padres de familia.
Están siendo asistidos constantemente por el Consulado, además, ya se notificó a la Cancillería y al Instituto Paraguayo del Indígena (INDI) para que tomen cartas en el asunto, remarcó Fiori.
Los indígenas prestaron declaración el viernes pasado ante un juez civil y tendrán que hacerlo nuevamente ante un magistrado federal, por el supuesto tráfico de armas de uso restringido.
Por su parte, Franco sostuvo al cónsul que tras culminar sus labores, en una estancia aledaña a Fuerte Olimpo, alzó sus pertenencias en un bote, junto a González, para regresar hasta la localidad chaqueña, cuando fueron interceptados por militares brasileños.
Fiori manifestó que de los indígenas se incautó un fusil antiguo, propiedad de Franco, y que los nativos están a punto de ser juzgados en Ponta Porá, bajo las leyes del Brasil. La condena tiene una pena privativa de libertad de uno a cuatro años, señaló.
Soberanía
El hecho resultó confuso, ya que el procedimiento realizado por los militares brasileños, aparentemente, se hizo de forma unilateral, según la referencia que brindó el Consulado.
Los detenidos explicaron al cónsul que fueron encostados para la requisa del bote a la orilla del río, del lado paraguayo, en una zona ubicada a pocos kilómetros de Fuerte Olimpo.
La fuerza de seguridad de Barranco Branco (Brasil) procedió a la aprehensión de los indígenas, lo que fue calificado de injusto por los detenidos, quienes piden ayuda a las autoridades paraguayas para ser liberados.