La iniciativa oficial de trasladar las cenizas del escritor paraguayo Augusto Roa Bastos al Panteón de los Héroes de Asunción actualmente divide y enfrenta a los hijos del novelista.
Sus dos hijos mayores, Mirta y Carlos Roa Mascheroni, quienes residen actualmente en Paraguay, han dado su conformidad a la propuesta decidida hace dos años por el Congreso Nacional, y organizada por la Municipalidad de Asunción, la Secretaría de Cultura, el Ministerio de Educación y el Ministerio de Defensa, que tiene previsto iniciar el traslado de los restos del autor de “Yo El Supremo”, desde el cementerio familiar de la Recoleta, el próximo miércoles 25 de junio.
Sin embargo, sus otros tres hijos menores, residentes en Francia, Francisco, Silvia y Aliria Roa Giménez, al igual que su nieto Gaspar Roa Domé, han dado a conocer este jueves su posición contraria al traslado, en un comunicado.
“Nadie nos consultó nunca a nosotros, sus hijos y nieto, sobre este asunto, esperamos que tampoco nadie se ofenda hoy porque digamos algo sobre el tema”, dicen sus herederos menores, hijos de la unión que Roa tuvo durante su exilio en Francia con la docente e investigadora española Iris Giménez.
“Solo diremos, pues, que Augusto Roa Bastos dejó escrito claramente en su testamento que quería que sus cenizas fueran “depositadas en el sepulcro familiar mandado construir por mi extinto padre, junto a los restos de mis progenitores Lucía Bastos y Lucio Roa: este panteón familiar de mis padres que no pudieron tener en vida casa propia, pese a que en su hogar ardió siempre el puro fuego del amor, es el único símbolo que deseo para mi última morada en la tierra”, recuerdan.
También señalan que Roa Bastos había rechazado, además, toda clase de honores y vanaglorias. “Deseo, escribía en ese mismo testamento, que no se me rinda ninguna clase de honores ni recordatorios póstumos, los que desde ya declino por completo. En más de cuarenta años de impuesto exilio por el delito de desear un destino más justo y digno para mi país, he recibido el reconocimiento y el afecto de mi pueblo, de su juventud, de su gente sencilla y humilde. Es la mejor honra y recompensa a que puede aspirar un escritor que dedicó su vida y obra a esta causa. Prefiero estar secretamente en el corazón de mi pueblo que convertido en nombre público de una calle cualquiera”, indican.
Cuestionamiento a Mirta Roa
“Nosotros no diremos nada más, solamente queremos que se respeten las voluntades de un muerto”, destacan.
Sin embargo, en el mismo comunicado, los tres hijos menores cuestionan a su hermana mayor, Mirta Roa Mascheroni, a quien acusan de haber decidido el traslado, contrariando la voluntad de su padre.
“Sentimos mucho, Totí (apodo por el que llamaban a su padre), y nos entristece, que tu única derrota literaria haya sido que tu primogénita nunca aprendiera que las palabras tienen peso y valor. Sentimos mucho que quieran legitimarse unos pocos a costas de tu memoria”, sostienen.
“Que los paraguayos los juzguen a ellos, a los que quieren fabricar y rentabilizar la figura post-mortem de un escritor de piedra y mármol, y no a ti, que nunca pediste nada sino descansar en paz, junto a tus padres. Nosotros nos quedamos con la otra figura de Roa Bastos, la verdadera, la sencilla y humilde. Nos quedamos con su mirada. Nos quedamos con su voz. Y esa voz siempre la podremos escuchar, luchando con nosotros hasta el alba”, concluyen.
Mirta: “Roa ya es del pueblo paraguayo”
Por su parte, la primogénita del novelista y principal directiva de la Fundación Augusto Roa Bastos, que vela por el legado cultural del gran escritor en Paraguay, Mirta Roa Mascheroni, reconoce la voluntad expresada en el testamento, pero considera que actualmente Roa ya no pertenece solo a sus familiares y herederos, sino “a todo el pueblo paraguayo”.
Mirta manifestó su molestia por el comunicado de sus hermanos, y anunció que se tomará tiempo para contestar.
“También pensaba en un principio que a mi papá no le habría gustado ese traslado, pero pensando que solo yo y mi hermano cuidamos el panteón familiar y que algún día nos vamos a extinguir, esta será una mejor manera de salvaguardar su memoria”, declaró Mirta.
Las cenizas del escritor, fallecido el 26 de abril de 2005, reposan actualmente en el panteón familiar del cementerio de la Recoleta. Según el programa establecido, deberán ser trasladados desde allí hasta la Casa del Bicentenario Augusto Roa Bastos, sobre la calle México casi Mariscal Estigarribia, en el centro de Asunción, donde permanecerán hasta que el 27 sean conducidas hasta el Panteón de los Héroes, por una amplia comitiva de estudiantes y autoridades.
Si no surgen contratiempos, la urna mortuoria será depositada junto a los restos del poeta popular Emiliano R. Fernández y del destacado intelectual y presidente paraguayo Eligio Ayala, siendo los primeros héroes civiles en un panteón que hasta ahora ha albergado principalmente a personalidades militares.