“No consigo que mi jefatura me escuche, porque también siguen órdenes, según me indican. Esta fábrica en Ñemby recibe diariamente más de un centenar de operarios que llegan desde la misma ciudad, además de San Lorenzo y de Ypané”, especificó una de las fuentes, que prefirió anonimato.
Los funcionarios se preguntaron si ya el Gobierno decretó medidas más estrictas por qué aún una fábrica que no elabora productos muy imprescindibles todavía sigue operando y exponiendo a la gente.
En esta coyuntura, los colaboradores que manifestaron su preocupación insistieron en que anhelan resguardar su salud y la de sus familiares, sobre todo por el traslado y el contacto con otras personas en los ómnibus que les acercan a la empresa o les llevan de nuevo a sus hogares.
Última Hora intentó comunicarse con directivos de Paresa, y mediante la agencia que maneja sus cuentas prometieron enviar un comunicado, que es gestionado –según explicaron– a nivel regional y requiere la aprobación de sus altos ejecutivos.
Al cierre de nuestra edición, no se pudo concretar ese trámite.