- 11/abril/2007
Asustado. El taxista José Álvarez nunca pensó que de una madrugada tranquila de trabajo iba a tener que vivir una de las peores de su vida. Cerca de las 5 de la mañana de ayer martes, una mujer oriental le pidió el servicio de taxi. Él estaba en su parada, ubicada en Multiplaza de Asunción.
“Ella estaba sentada en una veredita, y luego viene a pedir. No ví quién le dejó", dijo Álvarez, quien en ese momento ni se imaginaba a quién transportaba. Cuenta que la mujer le pidió ir al centro. Hasta ahí todo normal, para el taxista.
En las inmediaciones de la casa de la oriental, una patrullera policial lo detuvo para una inspección.
Comenzó un día negro para el taxista. Lo hacen bajar del rodado, le piden sus documentos y le preguntan: ¿"Quién te contrató"?. - “Nadie, ella pidió el servicio”, contestó Álvarez.
"¿Acaso no sabés del caso del secuestro?”, le replicó un oficial, a lo que el ya asustado trabajador dijo, temeroso: “No, la verdad que no se mucho”. Luego preguntó: "¿Esa es una de las secuestradas?”, a lo que recibió una respuesta positiva del efectivo policial.
Durante la inspección del rodado, cuenta Álvarez, se acercó otra patrullera y un vehículo particular (una camioneta con vidrio polarizado). La mujer fue llevada hasta el rodado. Entró y el vehículo se fue. La mujer luego apareció en su domicilio.
A Álvarez le pidieron ir primero a la Policía Antisecuestro, pero luego lo llevaron hasta su parada para que relate el momento en que apareció la mujer y subió a su rodado.
EN ÓMNIBUS. Aparentemente, la mujer llegó hasta Asunción a bordo de un vehículo de transporte público, desde la zona de Caaguazú, donde fue secuestrada la semana pasada junto al empresario Hirokazu Ota, el policía Rafale Ramos y su novia Nancy Giménez.
Sowako fue liberada ayer a la madrugada, según interpreta la policía como gesto de “buena voluntdad de los secuestradores”.