Así lo expresó Desirée Correa, directora del Programa Sanitarios del Senacsa, quien comentó que junto con la Dirección Nacional de Ingresos Tributarios (Denit), ya se realizaron incautaciones en la frontera con Brasil de pollos vivos. “Ese es el mayor riesgo”, advirtió Correa.
Comentó que para enfrentar esta amenaza, se están realizando controles las 24 horas con técnicos del Senacsa y agentes de la DNIT. La profesional comentó que la enfermedad no solo se transmite entre aves vivas, sino también a través de huevos y productos avícolas contaminados. “Aunque hasta ahora la propagación de la influenza aviar fue de animal a humano y no de humano a humano, el riesgo para la salud humana es real. En otros países ya se reportaron casos en mamíferos, aunque en Paraguay aún no se registraron”, indicó la funcionaria del Senacsa.
Otro factor de riesgo es la presencia de aves migratorias, cuyas rutas pasan por el territorio nacional. “Estamos trabajando en conjunto con el Mades para monitorear estos casos y prevenir cualquier brote”, añadió Correa.
La funcionaria instó a la ciudadanía a colaborar y reportar cualquier signo de la enfermedad en aves domésticas o de granja. “No importa si se trata de dos o tres gallinas. La bioseguridad es vital en todos los niveles. Esta enfermedad puede afectar tanto al pequeño productor como a la industria avícola nacional”, dijo.
Los síntomas en aves incluyen depresión, fiebre alta, temblores, diarrea, cambios en la coloración de la cresta y barbilla, dificultades respiratorias y una elevada mortalidad. Ante cualquier sospecha, los ciudadanos pueden comunicarse con Senacsa o acercarse a las unidades de salud familiar para realizar la denuncia. “Esto no es solo una cuestión económica. Si la influenza aviar ingresa al país, sería una catástrofe para la economía y la salud pública”, concluyó Correa.