@Encisoclarisa
El diseñador, ilustrador y cocinero Diego Grillo Benítez lleva más de tres décadas creando, dibujando y explorando el arte desde múltiples frentes. Pero fue con la chipa –ese pan que nos acompaña desde la infancia y por las rutas del país– que encontró su proyecto más entrañable: un libro ilustrado que recorre los sabores, historias y secretos del símbolo más universal de la mesa paraguaya.
“El Artfood es algo que nació en 2012. Empecé ilustrando chaquetas gastronómicas para una amiga y luego me puse a investigar sobre libros de cocina ilustrados, porque acá casi no había. Y descubrí que en el mundo solo existen cinco libros de gastronomía ilustrada: uno sobre ramen, el mío, otra de gastronomía japonesa, italiana y española”, cuenta el artista, quien combina diseño gráfico, fotografía y cocina con una curiosidad inagotable.
Su obra, Chipa de raíces profundas. Páginas con sabor, obtuvo dos reconocimientos en los prestigiosos Gourmand World Cookbook Awards 2025, en las categorías Best Artist Cookbook e Indigenous Food Book, un logro que lo llena de alegría. “Todo se puede en la vida. Yo hago mis libros de manera casera, los imprimo en casa, sin editoriales grandes detrás. Y estar entre los grandes del mundo gastronómico es algo que me emociona mucho”, afirma.
PAN QUE NOS REPRESENTA. Benítez sostiene que la chipa es mucho más que una receta: es una construcción cultural viva. “La gente cree que la chipa es una sola, pero no. Cuando comés chipa guasu, chipa so’o, chipa piru, chipa bogadense, la chipa manduvi de Pirayú o chipa barrero, estás comiendo un universo de chipas. Cada pueblo tiene su versión, según los ingredientes que tiene a mano. Por eso, la chipa no es un plato: es nuestro pan, nuestro týra, nuestro pan propio”, asegura con sumo orgullo.
Y ahí está, precisamente, la clave de su investigación. “Paraguay es el único país del mundo que tiene un pan propio. Los demás países comparten los mismos ingredientes en sus panes. Nosotros lo hacemos con maíz, con mandioca, o con ambos, y eso nos distingue completamente”.
DEL ARTE A LA EDUCACIÓN. Para el artista, la gastronomía también es un puente educativo. “Cuando se educa a comer o a cocinar, la gente se alimenta mejor. Sin comer no se puede vivir. Por eso, creo que la educación gastronómica debe estar presente desde la escuela: no necesariamente para enseñar a cocinar, sino para aprender qué comer y cómo alimentarse”, reflexiona.
El mundo de la chipa lo llevó a explorar textos antropológicos e históricos, desde el clásico Chipa, pan sagrado, de Margarita Miró, hasta sus propias observaciones sobre el origen del término y las formas tradicionales del pan. “No hay mucha bibliografía sobre el tema, por eso hay que seguir investigando. Cada día descubro algo nuevo sobre el mundo de la chipa”, asegura.
Colecciones UH. Su pasión también llegó a los lectores de Última Hora, a través del coleccionable Chipa, sabores y secretos, que ofrece un adelanto de su libro. “Me contactaron para ver cómo podíamos unir mi trabajo con el diario, y así nació la idea de los fascículos. Cada entrega muestra una parte del universo chipero: historias, curiosidades y recetas que resumen un 10% de lo que tiene el libro completo”, explica.
Para Grillo, la chipa es, ante todo, identidad, ya que es el sabor que nos une, el que está en todas las mesas, en Semana Santa, en los viajes, en la infancia. “No conozco persona a la que no le guste la chipa, y si no le gustó, seguro estaba fría o dura”, dice entre risas.
SUEÑO HECHO REALIDAD. “Vivo de mis pasatiempos y de mis sueños”, dice, y no es una metáfora. Desde su casa-taller, Grillo dibuja, diseña y cocina mientras cuida de su hija. Y no se detiene. Está preparando dos nuevos libros ilustrados: uno de gastronomía paraguaya y otro de turismo cultural, donde planea retratar al Paraguay a través de sus paisajes, pueblos y tradiciones.
“Antes trabajaba y esto era mi hobby; hoy vivo de lo que amo. Pinto, ilustro, leo, investigo, y eso me da de comer. No lo llamo suerte: es el esfuerzo de haber elegido hacer lo que más amo”, sentenció.