“Graça Machel volverá a su papel activo de abogada global de los derechos de las mujeres y los niños”, se lee en el comunicado
“Perdí a mi mejor amigo, a mi querido marido y guía”, afirma Machel en el texto, en el que agradece el afecto recibido tras el fallecimiento del que fuera su esposo.
“En Madiba -como se conoce a Mandela en su país- encontré un alma gemela y también un abogado por los derechos de los niños y las mujeres”, dijo la mozambiqueña, que recordó que “el rico legado” del mítico presidente “promueve la justicia, la compasión y la solidaridad”.
Machel hizo referencia al "último deseo de Mandela": la construcción de un gran hospital infantil que lleve su nombre.
“Es también mi sueño, y deseo que pueda hacerse realidad mientras viva”, explicó la viuda de Mandela.
La fundación que trabaja en el proyecto del hospital anunció el lunes la empresa ganadora del concurso público para construir la infraestructura, que estará situada en el barrio de Parktown, en el norte de Johannesburgo y cerca de la casa del barrio de Houghton donde Mandela murió el pasado 5 de diciembre, a los 95 años.
Los trabajos de construcción comenzaron esta semana, y se espera que el primer cuarto de la obra esté acabado en 2016.
El hospital espera dar trabajo a 150 médicos y 451 enfermeros.
Machel dijo también que seguirá trabajando por mejorar la vida de las mujeres en África, y que luchará para “proteger los derechos de los niños”, “acabar con el matrimonio infantil” y promover la educación de calidad.
“Como parte de mi trabajo por la democracia y el buen gobierno en África e internacionalmente, quiero contribuir a dar forma a la nueva agenda global del desarrollo”, agregó Machel, que fue figura destacada de la lucha contra el colonialismo portugués en Mozambique y fue ministra de Educación y Cultura tras la independencia.
Machel, que también es empresaria y tiene negocios en los sectores de las telecomunicaciones, energía y la inmobiliaria, es también la viuda del legendario líder mozambiqueño Samora Machel, con el que estuvo casado hasta su muerte en un accidente de avión.
La activista de 68 años contrajo en 1998 matrimonio, del que fue su tercera esposa.
