“El Gobierno del Estado Plurinacional de Bolivia denuncia ante la comunidad internacional que la escalada desestabilizadora en contra del sistema democrático continúa, pese a los esfuerzos y reiteradas convocatorias al diálogo realizadas por el presidente Luis Arce”, dice un comunicado de la Cancillería boliviana.
Además, al menos 200 militares están retenidos por campesinos afines a Morales, tras el asalto a tres cuarteles en el marco de las protestas que comenzaron hace 20 días, informó el gobierno este sábado.
El viernes “tres unidades militares han sido asaltadas por grupos irregulares en la zona del Chapare, en el departamento de Cochabamba, tomando como rehenes a más de doscientos efectivos militares”, señaló la cancillería.
Además, “se apropiaron de armamento de guerra y municiones”, agregó.
DESBLOQUEO DE CARRETERAS. A esa misma región, el gobierno boliviano envió a las Fuerzas Armadas para apoyar a la policía en el despeje de carreteras bloqueadas por los partidarios de Morales.
Tras conocer los primeros hechos, el presidente boliviano, Luis Arce, ex ministro de Economía de Morales durante su gobierno (2006-2019), deploró la actitud de los indígenas.
El conflicto en torno a los militares se produce en el marco de bloqueos de caminos por parte de manifestantes afines a Morales, investigado penalmente por un caso de estupro que él niega.
Sus seguidores denuncian que las acciones judiciales son parte de una “persecución judicial y política” del gobierno de Arce al líder indígena de 65 años.
HUELGA DE HAMBRE. Morales, para aumentar la presión, inició el viernes una huelga de hambre.
Al comenzar su ayuno, planteó al gobierno discutir en las mesas de conversaciones “el tema económico” y “el tema político”.
“Y para que el diálogo sea viable, responsable y tenga resultados, pido la participación de organismos internacionales de países amigos”, añadió.
Morales está en huelga en la región del Chapare, de donde no se ha movido ante la amenaza de una orden de detención de la fiscalía que lo investiga.