Una delegación encabezada por el teniente coronel Fabio Crispín Candia se encuentra en el vecino país para realizar vuelos de prueba como parte de un proceso de aceptación y verificación de las publicaciones técnicas de las aeronaves A-29 Super Tucano.
La Fuerza Aérea Paraguaya informó al respecto en las redes sociales, afirmando que “en pocas semanas comenzarán a surcar los cielos de la patria”.
En principio, la idea era traerlas para las fiestas patrias, en mayo de este año, pero la entrega se extendió al siguiente mes. Se espera que en el transcurso de junio llegue la primera partida al país.
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Hace tres meses saltaron fotografías de las dos primeras unidades que serán enviadas a Paraguay, que se encontraban en las instalaciones de la fábrica de la empresa brasileña Embraer SA, de la cual el Gobierno compró seis cazas ligeros Embraer EMB-314 Super Tucano.
Se trata de plataformas nuevas que cuentan con paneles de instrumentos digitales, lanzadores de bengalas, escudos externos, telémetro láser e incluso la capacidad de emplear bombas guiadas por láser, cámara que brinda imágenes convencionales y térmicas, y gafas de visión nocturna.
De acuerdo con expertos, es el “mejor turbohélice de su categoría” y “una aeronave de ataque de última generación”. “Paraguay no necesita de F-16 o F-35. El Super Tucano es lo que exactamente se necesita”, había afirmado una vez en las redes sociales el docente e historiador aeronáutico Antonio Sapienza Fracchia.
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La compra de seis Super Tucano le costó al Gobierno USD 100 millones, que fueron financiados por el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) de Brasil. Fue un préstamo sancionado por el Congreso Nacional recientemente, en la Cámara de Diputados, el pasado 6 de mayo.
En este marco, el Gobierno adquirió a inicios del último marzo un sistema de radares por USD 45 millones, necesario para la operatividad de las aeronaves militares y del Aeropuerto Internacional Silvio Pettirossi, cuyo contrato contempla que tiene un plazo de 30 meses para su funcionamiento. Es decir, funcionaría recién en la segunda mitad de 2027.
Las compras de aviones y radares tienen el objetivo de apoyar la vigilancia aérea para combatir el tráfico de drogas y armas.