Con un discurso demoledor, el papa Francisco condenó el modelo económico mundial que asegura ha impuesto la lógica de las ganancias a cualquier costo sin pensar en la exclusión social o la destrucción de la naturaleza.
Dijo que cuando la ambición desenfrenada del dinero es la que gobierna, cuando el capital se convierte en ídolo y dirige las opciones de los seres humanos, el modelo se torna insostenible. “Este sistema ya no se aguanta, no lo aguantan los campesinos, no lo aguantan los trabajadores, no lo aguantan las comunidades, no lo aguantan los pueblos y tampoco la madre tierra”, afirmó.
En el encuentro con los movimientos populares, en su segundo día de visita a Bolivia y la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, el líder espiritual de la Iglesia Católica desarrolló el más radical de sus discursos, ratificando sus críticas al capitalismo y al sistema financiero y la “avidez por el dinero que los tutela” a la que calificó como “el estiércol del diablo”.
Bergoglio dijo que la economía no debería ser un mecanismo de acumulación, sino de adecuada administración “de la casa común”, lo que implica –agregó– cuidar celosamente la casa (el planeta) y distribuir adecuadamente los bienes entre todos.
El objetivo del nuevo modelo –explicó– no es únicamente asegurar la comida o un “decoroso sustento”, ni siquiera garantizar apenas las tres “T” (techo, trabajo y tierra), sino crear las condiciones para que cada persona pueda gozar de una infancia sin carencias, desarrollar sus talentos durante su juventud, trabajar con plenos derechos durante sus años de actividad y acceder a una digna jubilación en la ancianidad” . “Esta –dijo– sería una economía de inspiración cristiana”.
Francisco aclaró que la distribución justa de los frutos de la tierra y el trabajo humano no es mera filantropía, es un deber moral; y para los cristianos –remarcó– la carga es aún más fuerte: es un mandamiento.
Una crítica velada. Francisco advirtió, sin embargo, que el cambio debe ser concebido como un proceso y no como algo que un día llegará porque se impuso tal o cual opción política o porque se instaló tal o cual estructura social. Dijo que a menudo ese tiempo de cambios (del tipo político) si no viene acompañado de una sincera conversión de las actitudes terminan a la larga o a la corta por burocratizarse, corromperse y sucumbir.