El intérprete inglés, secundario de lujo en películas como Perros de paja (1971), La Profecía (1976) o Titanic (1997), murió en la madrugada del pasado domingo en Denvinlle Hall, una conocida residencia de retiro para artistas en Londres, Reino Unido.
“Durante los últimos 18 meses se enfrentó a su diagnóstico con su característica elegancia y dignidad”, explicaron sus allegados en la nota.
Recordaron que, durante 60 años de carrera, Warner ha sido un actor de “cine, teatro, voz radiofónica y televisión muy respetado”, hasta su último papel para la gran pantalla como el Almirante Bloom en El regreso de Mary Poppins (2018).
Para algunos directores llegó a ser un actor de culto, como en el caso del estadounidense Sam Peckinpah, quien contó con él para cintas como la citada Perros de paja, La balada de Cable Hogue (1970) y La cruz de hierro (1976).
“Será muy añorado por su familia y sus amigos, y recordado como un hombre, compañero y padre de gran corazón, generoso y compasivo, cuyo legado de trabajo extraordinario emocionó a tantos durante tantos años”, agregó el comunicado.