EFE
Una dura historia, la de los niños soldados en África, con la que Crespo tratará de cerrar un ciclo que comenzó cuando ganó los premios de mejor cortometraje, director y actor (Gustavo Salmerón) en el Festival de Málaga de 2012.
También se hizo con el Goya en la edición de 2013 y ahora optará a un Óscar frente a otros cortos igualmente destacados, que navegan entre el drama de “Avant que de tout perdre”, del francés Xavier Legrand y producido por Alexandre Gavras -hijo de Costa Gavras-, y “Helium”, del danés Anders Walters, o la comedia “Do I Have To Take Care of Everything?”, de la finlandesa Selma Vilhunen.
Pero la favorita es la producción británica “The Voorman Problem”, dirigida por Mark Gill y que cuenta como principal baza con Martin Freeman como protagonista, una presencia que puede conseguir por sí sola una buena cantidad de votos.
En el caso de Crespo, la crítica estadounidense se mostró dividida frente al corto por su tratamiento explícito de la violencia, lo que se convirtió en el “hándicap absoluto” -en palabras del realizador español- de un filme sobre niños soldados que intenta provocar una reacción en el espectador.
“Las hay muy buenas (críticas) y muy malas y beligerantes, pero incluso las muy malas dicen que está muy bien hecho. Se meten con el trasfondo”, manifestó el autor en una reciente entrevista.
El corto, que dura 24 minutos, narra la experiencia de dos cooperantes españoles -Gustavo Salmerón y Alejandra Lorente- que llegan a un país africano en conflicto, donde se dan de frente con el drama de los niños que son secuestrados por los rebeldes para convertirles en combatientes deshumanizados.
Un corto que se proyectó en la sede de la ONU en Nueva York, donde se debatió el problema que cuenta la película y que fue un acontecimiento vivido con especial intensidad por Crespo.
Con este trabajo quiere colaborar con las organizaciones no gubernamentales que luchan para denunciar la utilización de niños soldado -puede haber más de 250.000 en el mundo-.
Rodada en la provincia española de Toledo -concretamente en Escalona (centro de España)-, Crespo, que es también el guionista, utilizó para interpretar a los niños soldados a españoles hijos de africanos, entre los que destaca el guineano Juan Tojaka, que llegó a España con dos años y que interpreta a un niño que desarrolla una relación especial con la cooperante española.
Un corto que será el único representante español en los Óscar este año que, de llevarse la estatuilla, será el décimo octavo galardón de la Academia de Hollywood que consiga el cine español.