Se trata de los Estacioneros de San Nicolás de la Cuarta Compañía de Capiatá, Departamento Central, quienes forman parte de la rica cultura religiosa que cada año se revive con la Semana Santa y cuyas tristes canciones rememoran la Vida, Muerte y Pasión de Jesucristo.
El grupo está liderado por doña Ignacia Benítez, mientras que uno de los ejemplos más emblemáticos es don Anacleto Zarate, el integrante más antiguo y quien está trasmitiendo la devoción a sus hijos.
Según contaron a Última Hora, con el paso del tiempo, la tradición fue debilitándose en la zona y en el 2018 se dejó de salir por las calles.
Sin embargo, en plena pandemia, nuevas generaciones se sumaron y decidieron reactivar el grupo para dar continuidad al legado.
Para muchos de ellos, ser estacionero significa revivir la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo, pero con sentimientos de fe, gratitud y esperanza.
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El grupo no solo realiza su tradicional recorrido en su comunidad, sino que también lleva su canto hasta otros puntos del país, como Tañarandy, Caacupé y Tuparenda.
A través de su participación, buscan incentivar a niños y jóvenes a no dejar morir esta herencia espiritual que hoy, gracias a la visibilidad de las redes sociales, está cobrando de nuevo valor.
Un poco de la historia
De acuerdo con el periodista Mario Rubén Álvarez, quien se dedica a la investigación del folclore nacional, para buscar el origen de los estacioneros hay que remontarse hasta la época colonial, ya que fueron los franciscanos y jesuitas quienes introdujeron esas prácticas religiosas en América.
El objetivo de estos grupos religiosos es recordar las 14 estaciones del Vía Crucis con un estilo de canto quejumbroso que los caracteriza. Se denomina purahéi jahe’o (canto lamento) y purahéi asy (canto doloroso), que se realiza con una interpretación totalmente coral, sin apoyo de instrumentos musicales.
Ante la globalización, la tradición de los estacioneros, como tantas otras de la cultura paraguaya, se está perdiendo con el paso del tiempo y corre el riesgo de desaparecer.